Rumi
El templo del amor no es
el amor en si mismo;
el amor verdadero es el tesoro, no sus muros.
No admires la decoración,
mas envuélvete en su esencia, el perfume que invade y te toca
el principio y el final.
Descubierto esto remplaza todo lo demás,
lo aparente y lo desconocido.
tiempo y espacio son esclavos de esa misma presencia.
El templo del amor no es
el amor en si mismo;
el amor verdadero es el tesoro, no sus muros.
No admires la decoración,
mas envuélvete en su esencia, el perfume que invade y te toca
el principio y el final.
Descubierto esto remplaza todo lo demás,
lo aparente y lo desconocido.
tiempo y espacio son esclavos de esa misma presencia.
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