martes, 7 de octubre de 2014

Los actos del poeta


¿Cómo es el vuelo de los salvajes enamorados? ¿Acaso es la trémula estadía en el cuerpo tan deseado o la sabiduría extrema de abandonarlo en el preciso instante que anochece?
Los actos del poeta sólo han sido besos de palabras, abrazos de vocales, sufrir de consonantes, artificios de la imagen, sentimientos descarnados. La muerte se ha esquivado y ese ha sido el peor de los castigos, los poetas han quedado suspendidos desde otra galaxia, rogando que esa llaga eterna se contagie sin escrúpulos, llenando de aire lo que ha estado ahogado y palpitando de sueños los que han quedado dormido.
¿Bajo qué oscura pasión se esconden los suspiros que murieron o los que renacieron bajo la tímida insolencia de la culpa? ¿Cuándo retornarán los cielos, los soles y las lunas si ya se han dado por tristes y extraviados? ¿Qué remota ilusión podrá despertarlos de esta pesadilla que los deja atónitos y con gusto a hiel en los labios?
Los actos del poeta son irreverencias a los sentidos, enamoramientos efímeros, distancias que se diluyen, vidas que nacen cantando, amores que expiran llorando. El fuego que perdura se congela en el tiempo y el destino mal parido, el auxilio de una caricia escrita siempre pretende sanar las heridas, esos hijos que nacen todos los días hacen que la nostalgia sea motivo de alegría.
¿Qué loco intercambio de arrumacos logra que mi vida tenga algún sentido? ¿Qué resurgir de las sombras logra que gane días si creando pierdo vida a cada instante? ¿Será posible esta dura letanía, será tan frágil este amor que aún profeso, será el olvido la certidumbre justa para este cruel desencanto?
El acto del poeta será una cinta de moebius, será una frase de carmín en el espejo del baño, será espiar en el alma ajena, será el recuerdo de una voz que ha quedado muda, será un risa que no se escucha, será la fractura expuesta del deseo, será un tiempo sin relojes, será un infinito que no empieza ni termina justo cuando el mío agoniza.

Juan Marin.


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