martes, 25 de noviembre de 2014

Cuando el ego esta de moda
Alejandro Jodorowsky dice que no tenemos un ego, sino cuatro, con cuatro lenguajes diferentes. Debemos preguntarnos si somos como:
-El filósofo que vive en su cabeza, el perfecto ejemplo de una persona situada en su ego intelectual, que puede acabar sus días recluido en su mente, desconectado de su cuerpo, de sus emociones y su creatividad. Para el que todo el universo es algo racional y teme aquello que no puede explicar intelectualmente. Entonces estaremos condenados a pasar el resto de nuestra vida en una jaula intelectual que tal vez nos puede quedar estrecha, queremos salir de la misma, pero solo sabemos usar ideas…
-Somos seguidores de un partido político. Asistimos con nuestra “banderita” de un determinado partido a un mitin en campaña electoral. Cada palabra de nuestro “gurú político” la aclamamos como si nos fuera la vida en ello. Realizamos cánticos colectivos donde se descalifica al rival político de turno. Impregnados de un sentimiento de afinidad, todos compartimos similares emociones conectadas con una determinada manera de entender la vida. Tal vez no nos habíamos dado cuenta de lo mucho que se parece un mitin a un partido de fútbol. Donde el aficionado realiza cánticos colectivos y donde los gritos, insultos al rival, descalificaciones y demás pueden acompañarse con banderas de los colores de nuestro equipo. En esos casos vivimos la vida desde nuestro ego emocional.
-El cuerpo musculado del personaje que vive en un gimnasio, obsesionado por la dieta, la comida con pocas calorías, es otro ejemplo que nos identificaría con un personaje instalado en su ego material o corporal. Otra de las caras de este ego es la necesidad de mantener una edad corporal determinada, entre 20 y 35 años. Luchando contra el paso del tiempo a golpe de bisturí.
-El que sólo vive para seducir, o ser seducido, vive en su ego libidinal. Cuando pensamos que en la vida sólo hay sexo, olvidando incluso nuestras capacidades creativas que también forman parte de ese mismo ego.
¿Por qué no vivir en todos los egos, trasladándonos de uno a otro, sabiamente conducidos por nuestra alma o quinta esencia?
Los religiosos viven desconectados de sus egos inferiores, desconectados de sus cuerpos (el cuerpo es pecado) y de sus instintos (los deseos son el demonio) Deberíamos preguntarnos si es posible que alguien que no vive la totalidad puede acceder a grados mayores de consciencia.
Fuente Plano Sin Fin
Cuando el ego esta de moda

Alejandro Jodorowsky dice que no tenemos un ego, sino cuatro, con cuatro lenguajes diferentes. Debemos preguntarnos si somos como:
-El filósofo que vive en su cabeza, el perfecto ejemplo de una persona situada en su ego intelectual, que puede acabar sus días recluido en su mente, desconectado de su cuerpo, de sus emociones y su creatividad. Para el que todo el universo es algo racional y teme aquello que no puede explicar intelectualmente. Entonces estaremos condenados a pasar el resto de nuestra vida en una jaula intelectual que tal vez nos puede quedar estrecha, queremos salir de la misma, pero solo sabemos usar ideas…
-Somos seguidores de un partido político. Asistimos con nuestra “banderita” de un determinado partido a un mitin en campaña electoral. Cada palabra de nuestro “gurú político” la aclamamos como si nos fuera la vida en ello. Realizamos cánticos colectivos donde se descalifica al rival político de turno. Impregnados de un sentimiento de afinidad, todos compartimos similares emociones conectadas con una determinada manera de entender la vida. Tal vez no nos habíamos dado cuenta de lo mucho que se parece un mitin a un partido de fútbol. Donde el aficionado realiza cánticos colectivos y donde los gritos, insultos al rival, descalificaciones y demás pueden acompañarse con banderas de los colores de nuestro equipo. En esos casos vivimos la vida desde nuestro ego emocional.
-El cuerpo musculado del personaje que vive en un gimnasio, obsesionado por la dieta, la comida con pocas calorías, es otro ejemplo que nos identificaría con un personaje instalado en su ego material o corporal. Otra de las caras de este ego es la necesidad de mantener una edad corporal determinada, entre 20 y 35 años. Luchando contra el paso del tiempo a golpe de bisturí.
-El que sólo vive para seducir, o ser seducido, vive en su ego libidinal. Cuando pensamos que en la vida sólo hay sexo, olvidando incluso nuestras capacidades creativas que también forman parte de ese mismo ego.
¿Por qué no vivir en todos los egos, trasladándonos de uno a otro, sabiamente conducidos por nuestra alma o quinta esencia?
Los religiosos viven desconectados de sus egos inferiores, desconectados de sus cuerpos (el cuerpo es pecado) y de sus instintos (los deseos son el demonio) Deberíamos preguntarnos si es posible que alguien que no vive la totalidad puede acceder a grados mayores de consciencia.


Fuente Plano Sin Fin



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