lunes, 1 de diciembre de 2014

Nombrándonos

Bajo estas estrellas no habrá ninguna certeza, sólo dudas impertinentes que me asaltarán por la espalda. Bajo el brillo de esta luna mortecina habrá un dolor que ya termina, una fiesta que me tendrá como narrador de epopeyas no tan perdidas. Bajo este cielo que es colapso de futuros encuentros y desacuerdos, un abrigo cobijará mis huesos molidos.
Bajo esta noche traviesa de casualidades tempranas, bajo este deseo que encuentra su espejo del alma, bajo este arrullo de palabras y besos, caricias y miradas, bajo estas sábanas que no nos darán respiro, bajo este sueño que no ha dormido, allí, justo allí y justo a tiempo, mencionaré tu nombre y tú el mío.

De Juan Marin 



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