domingo, 15 de febrero de 2015

Nos conocimos desde una honestidad salvaje, desprejuiciada, vehemente, accidentada incluso, por su desenfrenada naturaleza.
Imperfecta. Como todas las cosas reales.
Derramamos erotismo, morbo, poética, violencia y vino por toda la habitación.
Embebimos en alcohol cada una de nuestras neuronas, para prenderlas fuego.
(…)
Qué desperdicio tan grande sería cambiar este impulso romántico y desenfrenado por una relación neurótica corriente de dos jóvenes psicoanalizados de clase media.
Pienso que sería como utilizar la lava de un volcán para encender un faso.

Zara K.



No hay comentarios: