jueves, 26 de marzo de 2015

A veces le echamos la culpa al Karma. Qué Karma que tengo con esto o aquello. Mi Karma son las parejas. Mi trabajo es mi Karma. Y así tantas frases.
En realidad, si queremos trabajar evolutivamente con el Karma, debemos entender algo muy simple. Karma es igual a hábito. Ese lugar donde quedo atrapado, repetitivo, esas reacciones, esa pasividad, esas relaciones tóxicas, esa imposibilidad de emprender. "Yo soy así" decimos, sin saber que eso reafirma ese karma y nada hace para hacerlo crecer, para desmantelarlo, para moverlo y transformarlo en Dharma. 
¿Sos un postergador crónico? ¿Sos un pesimista o un "preocupado" crónico? ¿Tenés mala suerte en el trabajo, en lo económico, en el amor? Esos son los lugares en donde hay que prestar atención, desatando y desanudando y echando luz sobre esos nudos internos que parecen no ceder y parecen no aflojar. ¿Tenés pensamientos de pobreza o limitación? ¿Te cuesta el disfrute? ¿Te cuesta delegar, soltar y pedir? Ahí es donde está el Karma. Cuando empezamos un trabajo de reconocimiento de esos lugares de hábito, nos damos cuenta de que funcionan como la ley de gravedad, tienen un magnetismo innato que nos tira hacia ellos. Sí, ir en contra de este magnetismo requiere trabajo interno, fuerza y perseverancia, pero qué felicidad es descubrir todo un nuevo SER que está pugnando por salir.De repente un ser impaciente, que puede ser paciente, un ser que jamás disfruta ni se dá permisos, teniendo espacios propios. Un ser que siempre fue abandonado, pudiendo disfrutar una relación estable. Y así tanto más.
Es hora de resignificar y dejar los lugares de victima. Si estoy solo, es fácil decir que es porque no soy atractivo, soy viejo o las cosas no se dan. Porque por supuesto, da más trabajo abrirme al amor. Si me falta dinero, ¿será que pienso como pobre y no conecto con mi potencial de recursos? Si no consigo trabajo, ¿no será porque ya me resigné internamente a que nada pase? Si vivo enfermo, ¿no será que el cuerpo me habla y yo tapo los síntomas con miles de visitas al médico? Siempre es cómodo quedarse con esas excusas en el mismo lugar de víctima de un complot de planetas contra mí.
Lleguemos a esos lugares primero, para descubrir donde hay que sanar, y luego emprendamos el camino de regreso hacia nosotros mismos, liberando piedras kármicas y contratos viejos, de manera lenta pero firme. Nacimos para evolucionar y crecer, no para involucionar y repetir. Dar vueltas en círculo ya no sirve, hay que ir hacia adelante, hacia nuestra propia realización personal. En donde hay abundancia, felicidad, plenitud, seguridad, confianza y aprendizaje y curiosidad eterna. Somos los exploradores de nuestras propias potencialidades. 



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