La gente me ve pasar por las hermosas calles; admiro los paisajes, aplaudo como todo el mundo, estrecho la mano de los conocidos, mas no soy yo quien habla. Se me alaba; yo, mientras tanto, sueño un poco; se me ofende, y apenas me asombro. Luego me olvido y sonrío a quien me ha ultrajado o saludo con demasiada cortesía a quien amo. ¿Qué hacer si no tengo memoria para una sola imagen? Por último se me exige que diga quién soy. "Nada todavía, nada todavía..."
No hay comentarios:
Publicar un comentario