martes, 24 de marzo de 2015

Solitaria noche



Con los ojos en llamas, con los ojos dados vueltas, con mi alma aturdida y mi silencio risueño, con mi adorable que echo de menos, con mi barro en la garganta y mi deseo en mortaja, con mi amor nuevo que viene a trabar los cerrojos, con esta locura que cargo, que es la tuya y de la cual no pretendo descargos. No, no, solamente decirte que te quiero tanto.

De Juan Marin

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