viernes, 1 de mayo de 2015

Inevitable

Hagamos un pacto. Ni tú me amas ni yo te extraño. Ni tú me extrañas ni yo te amo. No recordemos pasados ni promesas ni mentiras ni nostalgias de la muerte. No volvamos hacia atrás, tú de eso sabes bastante, yo de eso lo sé todo. Refugiemos la tristeza en ese mar erosionado, nuestros actos de poetas en la lucha de los cuerpos, en las miradas desconfiadas, en el consuelo de los llantos. 
Volvamos a ser los que fuimos, la construcción de nosotros mismos, no me quieras ni me odies, alimenta mi esperanza hasta que me muera de hambre. Roba ahora mi semen y quédate con el cambio, dí quizás, tal vez, no lo sé, lo que ambos conocemos con certeza. Marchemos como enamorados a este final anunciado, donde ya nadie es lo que alguna vez ha pactado.

De Juan Marin. 




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