Empezamos la semana con el Sol en Cáncer, opuesto partil a Plutón. El misterioso Plutón, Hades, el arquetípico Señor del Inframundo. Y cuando empezamos a estudiar los mitos, empezamos a entender más de la psiquis humana. Plutón pasó sus primeros años de vida en la panza de Saturno, porque éste temía que su prole lo desterrara y se tragaba a sus hijos. Plutón, allí adentro, aprendió a hacerse invisible y a acostumbrarse a la oscuridad. Y su energía astrológica es parecida, es una energía que no se ve, que no mostramos, una energía interior, que muchas veces tapamos, y justamente a veces, por tanto evadirla, nos llega por destino de la mano de situaciones o personas portadoras de esto mismo que negamos: nuestras sombras. "Lo que evito, invito".
No hay templos que honren a Plutón, tampoco se han hallado piezas de arte o esculturas en su honor. Porqué? Porque la consciencia humana no quiere recordar que va a morir, que todo lo que ama le será arrebatado, no quiere recordar sus envidias, sus temores, sus celos, sus ansias de poder y posesión, su ira, sus perversiones. Y muchos de ustedes tal vez encuentren que este post no les gusta.
Homero, llamó a Hades o Plutón, "el más aborrecedor" de todos los Dioses. Los que estudiamos astrología, hablamos de "transformación" cuando lo nombramos, pero la realidad es que el dolor está presente en esta transformación. Ya que debemos "perder" para ganar. El ego debe ser aplastado, porque Plutón nos recuerda que no podemos controlar nada.
Uno de los nombres con los cuales se referían a Plutón era Zeus Chthonios. O sea el Zeus del Inframundo. Plutón es la contrapartida de Júpiter-Zeus, el glorioso Dios del Cielo al que todos aman. Es el hermano oscuro, escondido y enterrado, del que nadie habla. El que mata, el que trae decadencia, pérdida y congoja. Pero, porque siempre hay un pero, Plutón también viene de Plutus, que significa "riqueza". Porque allí abajo de la tierra, yacen los diamantes más hermosos, el oro, los minerales y todo lo que más valor tiene. Y porque abajo de la tierra, yacen las semillas que emergerán y crecerán y luego volverán a fertilizarse en esa misma tierra en forma cíclica.
A veces, miramos el Cielo en busca de respuestas, miramos a Dios, miramos para arriba, pero con Plutón, debemos mirar para abajo, a nuestras raíces, a nuestro origen, a nuestras cuevas, al útero, y en esos lugares oscuros, silenciosos, podemos renacer. Es allí donde están las riquezas. Honrando, dignificando y aprendiendo de las situaciones en donde el ego no puede controlar, y en donde debemos sentir que morimos para poder renacer. Y saber que el verdadero empoderamiento, la verdadera fuerza, vienen cuando somos sobrevivientes, cuando las situaciones nos doblegan pero no nos quiebran del todo. Y emergemos siempre con más herramientas, más sabios, más humildes y más conscientes.
Metafóricamente, se podía ingresar al Reino de Plutón a través de cuevas, rendijas, hoyos en los árboles, y lugares vacíos, secos, y así es como son los tránsitos plutonianos, siempre algo se abre, se abren heridas, y caemos en nuestras cuevas o sótanos para poner luz en esa oscuridad. Vemos a los fantasmas y a los sentimientos que negamos de nosotros mismos, y podemos sufrir desesperación pero al final de cuentas, abrimos una gran puerta al autoconocimiento que jamás podrá ser cerrada. Honremos nuestras partes oscuras, somos Yin y Yang, somos día y noche, somos blanco y negro.
No hay templos que honren a Plutón, tampoco se han hallado piezas de arte o esculturas en su honor. Porqué? Porque la consciencia humana no quiere recordar que va a morir, que todo lo que ama le será arrebatado, no quiere recordar sus envidias, sus temores, sus celos, sus ansias de poder y posesión, su ira, sus perversiones. Y muchos de ustedes tal vez encuentren que este post no les gusta.
Homero, llamó a Hades o Plutón, "el más aborrecedor" de todos los Dioses. Los que estudiamos astrología, hablamos de "transformación" cuando lo nombramos, pero la realidad es que el dolor está presente en esta transformación. Ya que debemos "perder" para ganar. El ego debe ser aplastado, porque Plutón nos recuerda que no podemos controlar nada.
Uno de los nombres con los cuales se referían a Plutón era Zeus Chthonios. O sea el Zeus del Inframundo. Plutón es la contrapartida de Júpiter-Zeus, el glorioso Dios del Cielo al que todos aman. Es el hermano oscuro, escondido y enterrado, del que nadie habla. El que mata, el que trae decadencia, pérdida y congoja. Pero, porque siempre hay un pero, Plutón también viene de Plutus, que significa "riqueza". Porque allí abajo de la tierra, yacen los diamantes más hermosos, el oro, los minerales y todo lo que más valor tiene. Y porque abajo de la tierra, yacen las semillas que emergerán y crecerán y luego volverán a fertilizarse en esa misma tierra en forma cíclica.
A veces, miramos el Cielo en busca de respuestas, miramos a Dios, miramos para arriba, pero con Plutón, debemos mirar para abajo, a nuestras raíces, a nuestro origen, a nuestras cuevas, al útero, y en esos lugares oscuros, silenciosos, podemos renacer. Es allí donde están las riquezas. Honrando, dignificando y aprendiendo de las situaciones en donde el ego no puede controlar, y en donde debemos sentir que morimos para poder renacer. Y saber que el verdadero empoderamiento, la verdadera fuerza, vienen cuando somos sobrevivientes, cuando las situaciones nos doblegan pero no nos quiebran del todo. Y emergemos siempre con más herramientas, más sabios, más humildes y más conscientes.
Metafóricamente, se podía ingresar al Reino de Plutón a través de cuevas, rendijas, hoyos en los árboles, y lugares vacíos, secos, y así es como son los tránsitos plutonianos, siempre algo se abre, se abren heridas, y caemos en nuestras cuevas o sótanos para poner luz en esa oscuridad. Vemos a los fantasmas y a los sentimientos que negamos de nosotros mismos, y podemos sufrir desesperación pero al final de cuentas, abrimos una gran puerta al autoconocimiento que jamás podrá ser cerrada. Honremos nuestras partes oscuras, somos Yin y Yang, somos día y noche, somos blanco y negro.
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