miércoles, 22 de julio de 2015

Hoy se festeja la celebración de María Magdalena, y me parece que es hora de integrar a esta Maestra Ascendida, liberándonos de ciertos prejuicios, formas y tradiciones que condenan el disfrute, el placer del cuerpo, las elecciones personales, el goce y la plenitud femenina. 
Por siglos, la misoginia y la represión del placer han puesto a la mujer en los peores lugares, la tentadora, la Eva que incitó a Adán, la prostituta, la bruja, la Lilith manipuladora y poderosa que desata tempestades con su magnetismo y sexualidad. Es hora de aceptar a esta Diosa dentro nuestro y en las demás mujeres. O no es acaso verdad que la mujer juzga despiadadamente a las demás, con tanto machismo como ciertos hombres, o tal vez más? Por la ropa que visten, o por sus maneras, o simplemente porque ven en ellas lo que tienen reprimido? 
Es hora de amigarnos con esta energía de placer, goce y apertura, sin culpas ni represiones ni miradas de ira y envidias de otras personas, en libertad.
¡Vivamos a pleno nuestra femeneidad, sin tanto peso por la mirada u opinión ajena!



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