Fugitivos al amor
funden sus labios
en tabernas ocultas.
Se abrazan en la jaula
donde aprisionan las horas.
Del interior de las rosas
brotan sigilosos los pájaros.
La voz del vino junta sus caras.
El viento mueve los trigales
en un mar de olas verdes.
El sol incendia los nublados.
Bajo el abrupto parral
se disuelve el tiempo.
Odian regresar
donde fracasaron los besos.
La noche los envuelve
con aromas de distancia.
M. J.
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