Ella volvió a respirar. Yo también. Dos fantasmas cansados y destinados a no ser o a ser demasiado. Tiempo más tragedia es igual a comedia, alguien dijo. Y ahí estábamos. Reanimándonos. Volviendo a la concepción del amor, sintiendo que esa ilusión podría esta vez engañarnos para siempre.
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