domingo, 11 de octubre de 2015

Cuando una persona niega su sombra (el egoísmo, la preferencia sexual, la ira, la envidia, el miedo, la crítica...) la energía entregada a ese lado oscuro no está disponible para ser analizada y comprendida. Lo que queda en lugar de la aceptación es la tensión. De ahí que muchas personas vivan permanentemente cansadas, entristecidas o estresadas. Desde un punto de vista psicoanalítico, las personas prefieren esta tensión antes que enfrentarse a la “angustia” de la verdad. Lo que no sabemos es que esta verdad, como decía Jesús, “nos hará libres”.

Para Ken Wilber y muchos otros pensadores de la Nueva Era, la aceptación de la sombra se vuelve una condición necesaria para integrar nuestra naturaleza humana y divina. Wilber nos recuerda que por mucho que tratemos de alejar la realidad colocando lo negativo personal en el otro (la llamada “proyección” en psicología), el “monstruo” sigue existiendo e irá haciendo daño desde su posición rechazada. Finalmente, si se persiste en la proyección o negación, el animal salta sobre nosotros y se produce la crisis.

"Lo único que necesitamos para integrar esas facetas negativas es concedernos a nosotros mismos la amabilidad, comprensión e incondicionalidad que dispensamos a nuestros amigos", explica Wilber.

Algunos consejos de la psicóloga Raquel Torrent para incorporar a este "monstruo" que todos tenemos en nuestro interior y dejar de temerle:

1) Reconocerlo como propio y por lo tanto responsabilizarme de su existencia
2) Conocer sus razones y reacciones
3) Comprenderlo, aunque no lo apruebe moralmente
4) Amarlo como parte propia
5) Reprenderlo sin dejar de tenerlo en cuenta
6) Manejarlo (desarrollar los recursos para tenerle firme)
7) Aprender a negociar con él/ella



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