En el abandono de esta noche insomne,
percibo la lluvia.
Surgieron de repente
cien tambores repicando.
Cien verdugos con hachas de relámpago
para decapitar a soñadores de lluvia.
Ha llegado a la grupa de un viento
de largos colmillos blancos.
Aúlla como lobo hambriento
oculto en la noche sin luna.
Te observo desde mi ventana.
En la tenue luz de la farola
eres una furiosa araña con alas.
El cielo vierte venganza
sobre caracolas de hojalata.
Detengo el tiempo.
Me detengo a escucharte,
me rodean los aromas.
Cierro los ojos.
Un campanilleo de olivares
deja dulce pasión en mi boca.
Escucho los pájaros murmurar de nidos,
las abejas conversar de flores.
Veo un árbol caído levantarse.
En el crisol del agua
un hombre de plata
camina con capa de crisálidas.
Es un hombre transparente;
tiene de aire las manos.
Atesora en el pecho
las almas de los náufragos
que yacen en el barro.
Marcos Jimenez Leon (Inédito)-Andre Pérez Rueda
percibo la lluvia.
Surgieron de repente
cien tambores repicando.
Cien verdugos con hachas de relámpago
para decapitar a soñadores de lluvia.
Ha llegado a la grupa de un viento
de largos colmillos blancos.
Aúlla como lobo hambriento
oculto en la noche sin luna.
Te observo desde mi ventana.
En la tenue luz de la farola
eres una furiosa araña con alas.
El cielo vierte venganza
sobre caracolas de hojalata.
Detengo el tiempo.
Me detengo a escucharte,
me rodean los aromas.
Cierro los ojos.
Un campanilleo de olivares
deja dulce pasión en mi boca.
Escucho los pájaros murmurar de nidos,
las abejas conversar de flores.
Veo un árbol caído levantarse.
En el crisol del agua
un hombre de plata
camina con capa de crisálidas.
Es un hombre transparente;
tiene de aire las manos.
Atesora en el pecho
las almas de los náufragos
que yacen en el barro.
Marcos Jimenez Leon (Inédito)-Andre Pérez Rueda
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