viernes, 30 de octubre de 2015

Meditación

Es un viaje al interior del ser, una exploración del consciente y el inconsciente encontrándose cara a cara con las representaciones y paradigmas que nos trae el mundo actual, el proceso de reconexión consigo mismo sucede en siete etapas, donde se confrontará el personaje  con ayuda de la majestuosidad del ambiente y la indagación personal.



Vipassana: el término hindú viene de una meditación que practicaba el Buda y sus discípulos, habla de ver las cosas tal como son y de conocerse a sí mismo, busca encontrar dentro de nosotros los problemas y las soluciones de preocupaciones e incomodidades físicas y psicológicas, para así tener conciencia de nuestra mente y espíritu obteniendo plenitud y aprendizaje constante. Este método de autoconocimiento es una de muchas formas de introspección, pero elegimos utilizarlo pues combina el cuerpo, la mente y el espíritu; esta técnica es abierta a personas de cualquier fe o que dicen no aferrarse a ninguna, lo cual es maravilloso porque desliga el aprendizaje de cualquier doctrina, culto o religiosidad.


La búsqueda de uno mismo es un viaje difícil de emprender el día de hoy, pero totalmente necesario. El hecho es que estamos tan repletos de culturas, creencias, pensamientos, fragmentos de ideologías, miedos y gustos de otros, que nos creemos solo eso. Sí, somos la suma de nuestras influencias, pero no podemos negar la existencia de ese algo que diferencia nuestras vidas. En qué realmente creemos, cuál es nuestra posición frente a la vida, qué velos hemos descubierto que nos cubren, qué juzgamos y qué guardamos, qué admitimos y qué negamos... ¿Qué realmente hace parte de nuestro espíritu, esa esencia solo nuestra, y qué hace parte del cuerpo, aquello que queda en la tierra? Hablamos de conocimientos y sabidurías que vamos dejando a un lado, detalles ancestrales que se esconden en simples en el día a día, hablamos de reconectarse con la naturaleza y comprender la importancia que tiene en nuestras vidas. Es detenerse un momento y dejar los afanes, las presiones, las ataduras y volver a nosotros mismos. 



Los siete chakras son centros de energía en nuestro cuerpo por los cuales fluye esta misma. Estos elementos los utilizamos desde su significado en cada etapa, relacionándolo con el lazo que se crea y el aprendizaje logrado en cada secuencia. Los colores de cada chakra son parte de la paleta de colores, y como cada etapa del viaje se relaciona con uno de estos, dicho color será de predominancia en la etapa tratada respectivamente. La posición del chakra en el cuerpo también se relacionará con la postura, ubicación y o movimiento del personaje en los diferentes momentos, desde allí se realizara la exploración por medio de la vídeo danza como elemento catalizador de la armonía de movimiento.


La iluminación tiene un valor importante para el concepto, ya que se habla del autoconocimiento y se parte de la idea de que no nos conocemos, entonces se inicia desde la oscuridad en las primeras escenas, haciendo alusión al desconocimiento, y así al ir avanzando en las escenas llegamos a la luz, en este punto el descubrimiento se ha logrado, y pasamos de una sensación de frialdad, incomodidad, incomprensión y angustia hasta llegar a la calidez, a comprender, a la aceptación y liberación.

Tanto en imagen como en sonido, hablamos desde lo contemplativo y orgánico, el estado puro de las cosas, esa sensación que siente uno cuando está sumergido en el bosque y los colores lo hechizan, el ambiente sonoro nos revuelve el alma y nos brinda plenitud. Las texturas de la naturaleza remiten al espectador a lugares en la tierra donde se puedan imaginar allí, verán que este viaje de conocerse a sí mismos es posible, tanto como lo que ven en la imagen. El espectador podrá palpar y saborear los sonidos, que sientan la grandeza, la inmensidad del paisaje y las situaciones por más mínimas que sean, será como ritualizar los momentos y apropiarse de cada instante.




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