En tiempos Sagitarianos, es importante recordar que Júpiter, el regente de Sagitario, se encuentra en Virgo. Virgo, a pesar de ser un signo mercurial, también se asocia directamente con el funcionamiento del cuerpo, la salud, las somatizaciones. Júpiter es un planeta sumamente expansivo, intolerante de límites , y Virgo es un signo económico y medido. Recordemos que el cuerpo es Tierra, y si bien Júpiter tiende al exceso, Virgo nos pide prudencia. El cuerpo, en estos tiempos de fin de año, es sobrecargado con tensión, estrés, sobrecargas, exceso de alimentos ricos en grasas, exceso de alcohol. Hay tendencia al poco descanso, al apresurarse por cumplir y cerrar con todo lo postergado, y esto conduce a nuestro sistema orgánico a un desbalance. También, en ansiedad por las vacaciones, el ejercicio físico apurado, que no tiene que ver con salud sino con estética, sobrecarga al corazón. A veces olvidamos que el responsable de hacer que nuestra experiencia en este planeta sea posible es nuestro cuerpo, vehículo indispensable pero muy olvidado. Nuestra mente toma tanto control, que tendemos a olvidar que el cuerpo necesita nutrición, descanso, desconexión. Diciembre es un gran aprendizaje para nosotros. ¿Podremos llegar a un balance, a decir no, a medirnos? Recordemos que el año 2016, cuya suma da 9, será un año de vibración Virginiana. Ordenarnos, medirnos, no excedernos, recordar a nuestro fiel compañero, nuestro cuerpo, es un gran paso evolutivo. Olvidarnos, desbordarnos, desestimar los síntomas, traerá consecuencias. La ley de causa y efecto es eterna, para toda acción, hay una consecuencia. Y en tiempos de la Ley, de la mano de Júpiter y Saturno, deberemos ser consecuentes. ¿Podremos disciplinarnos, cuando hay tanta tentación y opciones? ¿O nuestras visitas a la farmacia, nuestro consumo de antiácidos, digestivos y demás químicos intentarán tapar lo hecho?
Fuente: J. S. Valente
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