lunes, 22 de febrero de 2016




"Me gustaba tanto el cielo de ayer, un cielo estrecho, negro de lluvia, que se
apretaba contra los vidrios como un rostro ridículo y conmovedor. Este sol no es ridículo, al contrario. Sobre todas las cosas que me gustan, sobre la herrumbre del depósito, sobre las tablas podridas de la empalizada, cae una luz avara y razonable, semejante a la mirada que, después de una noche insomne, echamos a las decisiones tomadas con entusiasmo la víspera, a las páginas escritas sin tachaduras, de un tirón".

Jean Paul Sartre - La Náusea

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