El paso del tiempo se va naturalizando en nuestra vida cotidiana y saltamos de marzo a octubre y de octubre a enero y, otra vez, marzo. Acumulamos libros, películas, velorios, encuentros, desencuentros, asados, lecturas. Amigos nuevos, amigos de siempre, amigos de antes que vuelven a convertirse en amigos en actividad.
Nos enamoramos, vemos crecer a nuestros hijos y a los hijos de los amigos, nos separamos, nos volvemos a enamorar.
Nos equivocamos, hacemos las cosas bien o más o menos bien. Hacemos las cosas mal. Mentimos un poco y decimos la verdad cada vez que podemos. Cambiamos de trabajo, nos quedamos sin trabajo, sin plata, sin ganas de seguir.
Volvemos a empezar.
Otra vez marzo, enero, octubre. Viernes. Domingo.
Pero nunca dejamos de escribir.
Ariel Bermani
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