jueves, 12 de mayo de 2016

Sutra del girasol - Allen Ginsberg

No somos nuestra piel mugrienta, no somos nuestra desolada 
terrible polvorienta locomotora sin imagen, todos somos
hermosísimos girasoles dorados en nuestro interior, estamos
benditos por nuestra propia semilla & nuestros
dorados y peludos desnudos cuerpos de logro que crecer 
para transformarnos en dementes girasoles formales en el
ocaso, espiados por nuestros ojos bajo la sombra de la
loca locomotora ocaso de ribera en Frisco visión colínica
de latas al anochecer sentados.



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