Hay una fuerza volátil que ha ido creciendo en las pasadas semanas que nos habla de lucha, conflicto, guerra. La voz que revindica su verdad surge como un brote de liberación, ataca a quien lo quiera reprimir. Del otro lado, el deseo de armonía y reconciliación nos recuerda que estamos construyendo un camino de paz y busca el equilibrio. En la danza del espejo nos turnamos los roles. ¿quién se ha enfadado con nosotros? ¿quién ha detonado nuestro enfado? ¿quién nos ha provocado? ¿a quién hemos provocado? ¿podemos ir más allá de las apariencias e interrogar el origen del conflicto?
La energía colectiva y transpersonal está siendo canalizada a nivel individual. La realidad es que muchos en estos momentos no tenemos conciencia de que estamos actuando fuerzas arquetípicas. Un buen propósito en estas semanas es no tomarnos las cosas muy a pecho ya que quien esté bajo estrés o bajo presión, o pasando un momento de fragilidad emocional, es vulnerable a actuar estas fuerzas discordantes. Esto no implica que tengamos que aceptar invasiones, falta de respeto o comportamiento abusivo, solo es una invitación a abrazar compasivamente la realidad de que la energía está volátil y que estamos todos en el mismo bote. Es un buen momento para recogerse, cuidarse, dejar que la ola pase. La espera es fértil.
Estamos entre narrativas, como si dos guiones se entrecruzaran en el presente. El guión de lo nuevo que queremos manifestar a partir de lo aprendido e integrado, y el guión de lo que todavía nos retiene. De lo que nos quiere devolver a actuar de una manera condicionada por el pasado. Estamos entre tiempos como si dos dimensiones de nuestra conciencia cohabitarán por ocupar el liderazgo. Sentimos la fuerza de la renovación, los paisajes creativos del futuro, la visión de lo que queremos materializar y construir. A la vez, una parte más orgánica y visceral en nosotros nos puede hacer sentir atrapados en una manera de pensar y actuar que corresponde a un patrón que ya hemos reconocido como limitante.
La voz de una energía antigua nos quiere devolver a una narrativa que ya hemos crecido, superado. Puede tomar forma de apego, de miedo a crecer. Una voz conservadora -incluso autoritaria y dominante- se presenta para recordarnos nuestra voluntad de libertad y nuestra soberanía. Es aquí que podemos darnos cuenta de cuánto hemos crecido o madurado. Es probable que las escenas del pasado que se hayan revelado en estas pasadas semanas y días nos ofrecen información valiosa de nuestro cambio, de nuestra madurez. Tal vez hemos tenido la oportunidad de posicionarnos de una manera diferente en escenarios repetidos. Tal vez, hemos podido expresarnos y poner un límite donde antes no sabíamos hacerlo. O nos damos cuenta de que lo que antes nos daba miedo y tenía poder sobre nosotros ya no nos afecta, o lo hace de una manera diferente. O nos damos cuenta que nuestro corazón antes cerrado a la verdad de alguien o a una situación colectiva se abre para expandir nuestro campo de unión y encuentro creativo y amoroso.
Algunos nos estamos liberando de una carga muy antigua. Otros estamos en un campo de batalla –interno o externo-, sintiendo la opresión y deseando que se abra el camino de la libertad. La energía de Capricornio nos convoca a la paciencia, a sostener nuestro foco, a disciplinarnos. Nos invita a darle tiempo al tiempo para que lo que tenga que crecer y florecer salga a la luz. Tiempo al tiempo para que nuestra luz más íntima tome forma y fecunde la materia de nuestras creaciones. Tiempo al tiempo para saber desear con integridad, para que nuestras semillas y nuestras siembras se expresen en belleza y abundancia para nuestro mayor bien y el de todos.
Durante los próximos meses hasta entrado el 2017 vamos a sentir un aumento en la energía expansiva y creativa del fuego. Los cambios planetarios nos van a dar múltiples oportunidades de brillar, crear, compartir. Esta fuerza expansiva es seductora. Es bueno recordar que un buen fuego necesita la base de la madera para arder. Una buena hoguera, nutritiva y segura, es habitada por la quietud de la Tierra. Un buen fuego está anclado. Tiene estructura, base.
La recomendación bajo esta Luna es la de aprovechar la energía conservadora y austera de Capricornio para fortalecer las estructuras básicas de nuestra vida. Tomarnos el tiempo de cuidar la semilla garantiza un buen fuego en el futuro. Una buena raíz es la base de un expansión cuidada y responsable, sólida y duradera. Con esta base el fuego crecerá sin arrasarnos, sin llevarnos más allá de nuestras capacidades. Cuidemos las semillas para que los frutos que nuestra luz ofrende al mundo sean nutritivas y fecundas.
Buena luna nueva a todos y todas.
La energía colectiva y transpersonal está siendo canalizada a nivel individual. La realidad es que muchos en estos momentos no tenemos conciencia de que estamos actuando fuerzas arquetípicas. Un buen propósito en estas semanas es no tomarnos las cosas muy a pecho ya que quien esté bajo estrés o bajo presión, o pasando un momento de fragilidad emocional, es vulnerable a actuar estas fuerzas discordantes. Esto no implica que tengamos que aceptar invasiones, falta de respeto o comportamiento abusivo, solo es una invitación a abrazar compasivamente la realidad de que la energía está volátil y que estamos todos en el mismo bote. Es un buen momento para recogerse, cuidarse, dejar que la ola pase. La espera es fértil.
Estamos entre narrativas, como si dos guiones se entrecruzaran en el presente. El guión de lo nuevo que queremos manifestar a partir de lo aprendido e integrado, y el guión de lo que todavía nos retiene. De lo que nos quiere devolver a actuar de una manera condicionada por el pasado. Estamos entre tiempos como si dos dimensiones de nuestra conciencia cohabitarán por ocupar el liderazgo. Sentimos la fuerza de la renovación, los paisajes creativos del futuro, la visión de lo que queremos materializar y construir. A la vez, una parte más orgánica y visceral en nosotros nos puede hacer sentir atrapados en una manera de pensar y actuar que corresponde a un patrón que ya hemos reconocido como limitante.
La voz de una energía antigua nos quiere devolver a una narrativa que ya hemos crecido, superado. Puede tomar forma de apego, de miedo a crecer. Una voz conservadora -incluso autoritaria y dominante- se presenta para recordarnos nuestra voluntad de libertad y nuestra soberanía. Es aquí que podemos darnos cuenta de cuánto hemos crecido o madurado. Es probable que las escenas del pasado que se hayan revelado en estas pasadas semanas y días nos ofrecen información valiosa de nuestro cambio, de nuestra madurez. Tal vez hemos tenido la oportunidad de posicionarnos de una manera diferente en escenarios repetidos. Tal vez, hemos podido expresarnos y poner un límite donde antes no sabíamos hacerlo. O nos damos cuenta de que lo que antes nos daba miedo y tenía poder sobre nosotros ya no nos afecta, o lo hace de una manera diferente. O nos damos cuenta que nuestro corazón antes cerrado a la verdad de alguien o a una situación colectiva se abre para expandir nuestro campo de unión y encuentro creativo y amoroso.
Algunos nos estamos liberando de una carga muy antigua. Otros estamos en un campo de batalla –interno o externo-, sintiendo la opresión y deseando que se abra el camino de la libertad. La energía de Capricornio nos convoca a la paciencia, a sostener nuestro foco, a disciplinarnos. Nos invita a darle tiempo al tiempo para que lo que tenga que crecer y florecer salga a la luz. Tiempo al tiempo para que nuestra luz más íntima tome forma y fecunde la materia de nuestras creaciones. Tiempo al tiempo para saber desear con integridad, para que nuestras semillas y nuestras siembras se expresen en belleza y abundancia para nuestro mayor bien y el de todos.
Durante los próximos meses hasta entrado el 2017 vamos a sentir un aumento en la energía expansiva y creativa del fuego. Los cambios planetarios nos van a dar múltiples oportunidades de brillar, crear, compartir. Esta fuerza expansiva es seductora. Es bueno recordar que un buen fuego necesita la base de la madera para arder. Una buena hoguera, nutritiva y segura, es habitada por la quietud de la Tierra. Un buen fuego está anclado. Tiene estructura, base.
La recomendación bajo esta Luna es la de aprovechar la energía conservadora y austera de Capricornio para fortalecer las estructuras básicas de nuestra vida. Tomarnos el tiempo de cuidar la semilla garantiza un buen fuego en el futuro. Una buena raíz es la base de un expansión cuidada y responsable, sólida y duradera. Con esta base el fuego crecerá sin arrasarnos, sin llevarnos más allá de nuestras capacidades. Cuidemos las semillas para que los frutos que nuestra luz ofrende al mundo sean nutritivas y fecundas.
Buena luna nueva a todos y todas.
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