jueves, 2 de febrero de 2017

Al iluminado la corta duración de las cosas se le hace un motivo de alegría porque siente que "Historia" es lo que a él le sucede, que "Espacio" es su cuerpo y que "Tiempo" son sus propias transformaciones. Sus tristezas y desgracias resplandecen como joyas, los placeres son como nubes que ninguna sed retiene, la conciencia de la presencia divina es una embriaguez constante y las veiticuatro horas del día diferentes aspectos de la misma fiesta.
Por todo esto el iluminado ofrece el sudor de sus manos a los seres sedientos; cuando marcha deja huellas que se expanden lentamente como manchas de aceite, hasta impregnar todo el camino. Por sus ojos mira un ángel. Camina por ciudades que mañana existirán.



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