Mañana cruzamos el umbral de la Luna nueva en Tauro. Tauro es el segundo signo de la Rueda Evolutiva y el primer signo de Tierra. Está gobernado por Venus. La Luna en Venus expresa su mejores cualidades lunares : vínculos amorosos y estables, sentimiento de apoyo, seguridad y pertenencia, satisfacción de nuestros deseos, creatividad cotidiana. La Luna en Tauro nos convoca a honrar nuestra relación entre la Tierra, la Luna, el Sol y Venus. Nos convoca a celebrar nuestro Amor a la Vida, a la Tierra, al Cosmos y al Gran Misterio de Estar Aquí.
La Luna Nueva en Tauro nos llama cuidar nuestros pasos en la Tierra como siembras para toda la Humanidad. Nos invita a cultivar un vínculo consciente y cotidiano con el principio Femenino de Gaia. Lo llamamos Femenino Sagrado, Eterno Femenino, Conciencia de Gaia, el retorno del Femenino Sagrado. Un principio que nos habla de una memoria y sabiduría eterna que late viva dentro de cada uno y una de nosotros. Tauro nos convoca a recordar la religión de la Tierra : la Relación Sagrada con la Tierra.
En estos día Venus empieza a emerger en nuestro cielo de la mañana. Justo ante de la salida del Sol ya podemos vislumbrar el brillo naciente de nuestra Reina del Cielo. Emerge de su retiro, emerge de su recogimiento. En los próximos días irá creciendo en brillo y altura justo antes del amanecer. Durante los próximos 18 meses encarnaremos el arquetipo de Venus en Aries. Su mensaje nos habla del Sagrado Femenino levantando una antorcha, abriendo el camino, con voluntad, amor y coraje. Venus en Aries lidera.
Entre el amor y la guerra, Venus en Aries nos convoca al Activismo del Amor. Actos creativos, fecundos de fuego, pasión y voluntad al servicio del amor y la paz. Esa antorcha aleja las sombras de la duda, el vicio de la comparación y competitividad, la farsa de las máscaras. Este fuego de Venus abre camino para el corazón y quema lo ajeno al amor. Este fuego de Venus abre el camino del Eterno Femenino Sagrado.
En esta Luna Venus se encuentra en el último grado de Piscis. La retrogradación de Venus comenzó en el signo de Aries, entró nuevamente en Piscis y este 29 de abril hará su ingreso definitivo en Aries. Todavía estamos recogiendo información valiosa sobre la narrativa que este tránsito ha revelado en nuestra vida. Narrativa que sigue influenciando esta Luna nueva en Tauro.
Durante esta retrogradación Venus hizo una larga conjunción con Chirón en Piscis, a la vez que una cuadratura con Saturno en Sagitario. Si tomamos en cuenta que Venus está vinculada a nuestra integridad, a nuestros valores, a nuestros recursos espirituales y materiales, a nuestras relaciones y a nuestra creatividad, es probable que en alguna de estas áreas de nuestra vida hemos atravesado algún tipo de crisis. Crisis de dudas. Crisis de miedos. Crisis de inseguridad. Crisis de desconfianza.
Crisis interna, crisis externa, poco importa, el mensaje es el mismo. Chirón cura a través de la conciencia. Alguna creencia basada en una herida o carencia que operaba más allá de los límites de nuestra conciencia se ha visibilizado. Lo más probable es que esta creencia -hasta ahora oculta- tiene raíces en la desvalorización y el desamor – profundo, antiguo, ancestral-. Un desamor con raíces. Un desamor del alma transpersonal. Un desamor humanitario.
Cuando hablamos de desvalorización y desamor, hablamos de una desconexión con la Vida, hablamos de un sentimiento de no pertenencia y de inseguridad primario. Cuando hablamos de valorización y amor, nombramos un sentimiento de conexión y relación con la vida que, más allá de todo desafío y pérdida, nos conecta al gozo y la celebración de estar Aquí.
Restaurar el amor y la valorización hacia nosotros pasa por sanar, reparar, nuestro vínculo con la Vida, con la Tierra. Este vínculo pasa por sentirnos apoyados, seguros, confiados. Confiamos en nuestro cuerpo, confiamos en nuestros deseos, confiamos en nuestra creatividad. Confiamos en nuestra expresión. Somos y nos expresamos desde la seguridad y el apoyo que la Vida- Tierra nos da. Cuando estamos desvinculados, no sentimos este apoyo. Esta falta de seguridad nos hace desconfiar. Desconfiar de nuestros deseos y talentos. Desconfiar de nuestra expresión. Desconfiar de nuestra integridad, de nuestro valor, de nuestros dones. Desconfiar de los demás. Desconfiar de la Vida.
Esta Luna nueva en Tauro nos invita a sembrar semillas y deseos vinculadas a restaurar nuestra conexión con la Vida. Semillas de relación y conexión con la Tierra. Semillas de sentirnos apoyados, seguros, confiados. Semillas de valorización y amor propio. Semillas de creaciones íntegras. Semillas de expresión creativa.
También sembramos deseos vinculados a sentirnos seguros, firmes, enraizados, protegidos en esta Vida, Tierra, Comunidad. Seguros con nosotros, seguros con otros, seguros de crear, seguros de ser. Seguros de compartir. Seguros de intercambiar.
Venus ha pasado dos veces por el grado 29 de Piscis y el grado cero de Aries. El tercer pase lo hará el 29 de Abril cuando entre definitivamente en Aries. Este es el grado crítico de toda la Rueda Evolutiva del Zodiaco, el Alpha y el Omega. Es el grado de la Humanidad, ahí donde los personal es colectivo y viceversa. Este lugar sagrado en la Rueda del Zodiaco nos habla del Nacimiento : Aries representa el salto a la Vida, Piscis representa la aguas primordiales del útero materno y toda la información codificada en nuestro ADN.
Esto implica que Venus, nuestra Reina del Amor y del Deseo, volvió sobre sus pasos para re-encontrarse con Chirón y la cuadratura de Saturno. El hecho que haya hecho su retrogradación sobre el grado cero de Aries implica que lo que Venus fue a buscar en el pasado es relevante para su nuevo ciclo de 18 meses, fecundada por la semilla de Aries. Si tomamos en cuenta que Aries es el nacimiento de algo nuevo, entonces Venus en Aries es pionera, abre camino a nuevas formas de crear, de vincularnos. Abre camino a nuevos proyectos, nuevos valores y nuevos deseos. Abre camino a nuevas formas para expresar nuestro amor a la vida, nuestra integridad y valores.
Este nacimiento de Venus en Aries nos inspira a la voluntad y al coraje para caminar con el corazón abierto y a la fortaleza de sostener nuestros deseos creativos, nuestras relaciones y nuestra economía de una manera íntegra, propia y singular. De una manera en la que honramos nuestra autenticidad, nuestra diferencia y nuestra independencia. Desde ahí nos expresamos y nos vinculamos.
El arquetipo de Venus en Aries es independiente, nadie la domina, nadie la doblega. Ella cree en ella y nos inspira al coraje de creer en nosotros mismos para cultivar creaciones y relaciones auténticas . Nos invita a honrar nuestro Yo Soy y levantar valientemente el fuego de nuestro amor y de nuestro deseo. Venus en Aries levanta una antorcha y se abre paso en la oscuridad de lo nuevo.
Venus en Aries siempre implica un riesgo, una aventura, un transitar territorios desconocidos. De ahí que el miedo y las creencias del pasado se activan, reteniéndonos. De ahí que estas pasadas semanas hayan estado cargadas. Energías antiguas, represoras, controladoras, heridas, de miedo, y hasta violencia, que nos hablan de una historia más profunda que la de nuestra cotidianidad. Aunque lo vivimos en un plano personal, no es solo personal, es colectivo. Es una herida humanitaria.
Aries nos habla de nuestro camino de individuación: ese proceso en el que soltamos capas de condicionamiento, veladuras ilusorias, membranas limitantes, programas y creencias que, desde Piscis, desde el pasado, opacan la luz de nuestro Ser actualizado. De nuestro ser naciente. Este tránsito de Venus retrógrado nos ha pedido una actualización de nuestra voluntad, de nuestro deseo, de nuestro foco: como si los ecos del pasado todavía nos rondaran, como fantasmas, como apegos que vampirizan nuestro presente, para recordarnos nuestra soberanía. Podemos reconocer lo que ya no nos domina, de lo que nos liberamos. Estas memorias y creencias, llamadas sombras, son aliadas en el camino de la libertad y la independencia. Fortalecen nuestra voluntad e integridad.
El desamor asola muchas almas de nuestro planeta. De ahí que caminar con conciencia en estos tiempos implica una profunda compasión hacia el dolor personal y colectivo. Venus en Piscis nos habla del Paradigma de la Benevolencia, virtud de honrar nuestras emociones, errores y fallas compasivamente. Una benevolencia y compasión que nutre nuestro corazón para que el fuego que se levanta no queme ni destruya, revindicando desde la carencia derechos y espacios que no hemos conquistado en nuestro interior.
Venus en Aries necesita de la Memoria del Agua de Piscis para inspirar y nutrir su poder y su fuerza. De ahí que lo que nos ha herido también nos hace humildes y nos fortalece : es nuestra compasión hacia nuestra historia y nuestro camino lo que nos hace fuertes.
La carencia de amor se visibiliza de muchas maneras. Se revela a través de un sentimiento de desmerecimiento, de no sentirnos a la altura, de comparación, de medirnos, de competición. El desamor también se expresa a través de un descuido hacia lo que somos y hacemos. La desvalorización nos habla de creer que no merecemos expresarnos y Ser libremente, que para Ser tenemos que obedecer una realidad extrena consensuada, una autoridad moral de quienes deciden lo bueno de lo malo por nosotros.
Saturno en Sagitario nos habla de los dogmas mentales y espirituales que controlan el alma humana. Esta rigidez moral asfixia la expresión de cada ser singular en su subjetividad, en su Libertad Solar de Ser, en su sentirse autorizado a expresarse. De ahí que las capas profundas de este tránsito de Venus en Piscis – con Chirón y Saturno- nos habla de memorias y traumas trans-generacionales vinculados al miedo a mostrarnos, expresarnos, a liderar desde la autenticidad de nuestro ser, de participar desde nuestra esencia, de desear libremente, de honrar nuestro derecho al gozo, a la libertad.
Chirón es el curandero que abre la puerta de la herida de par en par para sacar el veneno. Veneno de dolor, veneno del pasado, veneno del olvido, veneno del trauma. En Piscis, esta intervención sanadora de Chirón en el corazón de Venus implica un llamado a la compasión y a la benevolencia por encima de cualquier juicio. Saturno en cuadratura con Chirón ha activado la memoria de la frialdad del juicio. La sensibilidad de Venus en Piscis, con el corazón abierto de par en par, siente profundamente las heridas causada por los juicios de la humanidad.
Saturno representa la energía represora, el control de alguna autoridad internalizada o externalizada que hace de fiscal y juez y nos recuerda que es peligroso expresarse, que hay consecuencias, que hay castigos. De ahí el miedo y la congelación, el enfriamiento del calor del corazón, del calor de creer en nosotros y crear desde ahí. Chirón y Saturno siguen en cuadratura hasta el 30 de abril, por lo cual el telón de fondo de esta Luna en Tauro nos muestra el rostro de estas memorias de desamor.
Si nos sentimos atormentados por algo que parece ser más grande y más fuerte que nosotros, que inhibe nuestra confianza, seguridad y gozo, tal vez bajo esta astrología, nos sirva recodar que -a mayor o menor grado- estamos todas y todos bajo la influencia de una creencia de un poder superior externo a nosotros que nos domina. Sea desde la doctrina judeo-cristiana con sus pilares de pecado, humillación, castigo y vergüenza, ya sea a través de la negación del deseo o a través de la búsqueda de la trascendencia y la iluminación, lo que esta Luna en Tauro nos viene a recordar es que el Gran Poder del Sol ilumina y fecunda la Materia. Nos recuerda que somos seres solares con libertad total para crear. Estamos aquí para iluminar la materia con nuestra conciencia, fecundar el mundo con nuestros deseos de belleza, armonía y abundancia.
La Luna nueva en Tauro nos invita a encontrar el camino del amor dentro de nuestro ser, en nuestros vínculos y relaciones, abrazando cada ser en su diferencia y singularidad, sin juicio. Esta apertura vincula nuestro Amor a la Tierra con el amor a nuestros hermanos y hermanas. Un camino de valorización, amor y creación conjunta en el que nos enraizarnos juntos en lo que importa : nuestros vínculos y nuestro Amor a la Tierra compartido .
Cuando la vida se siente como una danza peligrosa, cuando el Universo parece ser nuestro enemigo, cuando nos sentimos debilitados por las fuerzas adversas, por pérdidas dolorosas, o por la enfermedad, el tesoro más sagrado que tenemos es nuestra incondicionalidad hacia nosotros mismos, nuestros tiempos, nuestros sentimientos. Acompañarnos, estemos como estemos, es valorarnos, es amarnos sin juicios, sin exigencias. Desde ahí, tejemos un llamado a la Tierra -Gran Madre sustentadora- y le entregamos lo que nos aqueja. Renovamos nuestro votos, agradecemos nuestra Vida y nos levantamos.
Así nos relacionamos con el Ser Vivo que es la Tierra y tomamos su apoyo, enraizados en lo más valioso : nosotros, nuestros bienestar. Entonces nos vinculamos y tejemos puentes, nos conectamos, nos apoyamos mutuamente. Acogemos el malestar del otro, su diferencia, confiamos y nos compartimos como estamos, auténticos, sin máscaras ni exigencias. Así construimos espacios seguros, cálidos. Así cuidamos el fuego del amor, juntos. Así nos cuidamos y nos dejamos cuidar. Bajo la Luna nueva en Tauro integridad y cuido son la misma palabra.
Paloma Todd
La Luna Nueva en Tauro nos llama cuidar nuestros pasos en la Tierra como siembras para toda la Humanidad. Nos invita a cultivar un vínculo consciente y cotidiano con el principio Femenino de Gaia. Lo llamamos Femenino Sagrado, Eterno Femenino, Conciencia de Gaia, el retorno del Femenino Sagrado. Un principio que nos habla de una memoria y sabiduría eterna que late viva dentro de cada uno y una de nosotros. Tauro nos convoca a recordar la religión de la Tierra : la Relación Sagrada con la Tierra.
En estos día Venus empieza a emerger en nuestro cielo de la mañana. Justo ante de la salida del Sol ya podemos vislumbrar el brillo naciente de nuestra Reina del Cielo. Emerge de su retiro, emerge de su recogimiento. En los próximos días irá creciendo en brillo y altura justo antes del amanecer. Durante los próximos 18 meses encarnaremos el arquetipo de Venus en Aries. Su mensaje nos habla del Sagrado Femenino levantando una antorcha, abriendo el camino, con voluntad, amor y coraje. Venus en Aries lidera.
Entre el amor y la guerra, Venus en Aries nos convoca al Activismo del Amor. Actos creativos, fecundos de fuego, pasión y voluntad al servicio del amor y la paz. Esa antorcha aleja las sombras de la duda, el vicio de la comparación y competitividad, la farsa de las máscaras. Este fuego de Venus abre camino para el corazón y quema lo ajeno al amor. Este fuego de Venus abre el camino del Eterno Femenino Sagrado.
En esta Luna Venus se encuentra en el último grado de Piscis. La retrogradación de Venus comenzó en el signo de Aries, entró nuevamente en Piscis y este 29 de abril hará su ingreso definitivo en Aries. Todavía estamos recogiendo información valiosa sobre la narrativa que este tránsito ha revelado en nuestra vida. Narrativa que sigue influenciando esta Luna nueva en Tauro.
Durante esta retrogradación Venus hizo una larga conjunción con Chirón en Piscis, a la vez que una cuadratura con Saturno en Sagitario. Si tomamos en cuenta que Venus está vinculada a nuestra integridad, a nuestros valores, a nuestros recursos espirituales y materiales, a nuestras relaciones y a nuestra creatividad, es probable que en alguna de estas áreas de nuestra vida hemos atravesado algún tipo de crisis. Crisis de dudas. Crisis de miedos. Crisis de inseguridad. Crisis de desconfianza.
Crisis interna, crisis externa, poco importa, el mensaje es el mismo. Chirón cura a través de la conciencia. Alguna creencia basada en una herida o carencia que operaba más allá de los límites de nuestra conciencia se ha visibilizado. Lo más probable es que esta creencia -hasta ahora oculta- tiene raíces en la desvalorización y el desamor – profundo, antiguo, ancestral-. Un desamor con raíces. Un desamor del alma transpersonal. Un desamor humanitario.
Cuando hablamos de desvalorización y desamor, hablamos de una desconexión con la Vida, hablamos de un sentimiento de no pertenencia y de inseguridad primario. Cuando hablamos de valorización y amor, nombramos un sentimiento de conexión y relación con la vida que, más allá de todo desafío y pérdida, nos conecta al gozo y la celebración de estar Aquí.
Restaurar el amor y la valorización hacia nosotros pasa por sanar, reparar, nuestro vínculo con la Vida, con la Tierra. Este vínculo pasa por sentirnos apoyados, seguros, confiados. Confiamos en nuestro cuerpo, confiamos en nuestros deseos, confiamos en nuestra creatividad. Confiamos en nuestra expresión. Somos y nos expresamos desde la seguridad y el apoyo que la Vida- Tierra nos da. Cuando estamos desvinculados, no sentimos este apoyo. Esta falta de seguridad nos hace desconfiar. Desconfiar de nuestros deseos y talentos. Desconfiar de nuestra expresión. Desconfiar de nuestra integridad, de nuestro valor, de nuestros dones. Desconfiar de los demás. Desconfiar de la Vida.
Esta Luna nueva en Tauro nos invita a sembrar semillas y deseos vinculadas a restaurar nuestra conexión con la Vida. Semillas de relación y conexión con la Tierra. Semillas de sentirnos apoyados, seguros, confiados. Semillas de valorización y amor propio. Semillas de creaciones íntegras. Semillas de expresión creativa.
También sembramos deseos vinculados a sentirnos seguros, firmes, enraizados, protegidos en esta Vida, Tierra, Comunidad. Seguros con nosotros, seguros con otros, seguros de crear, seguros de ser. Seguros de compartir. Seguros de intercambiar.
Venus ha pasado dos veces por el grado 29 de Piscis y el grado cero de Aries. El tercer pase lo hará el 29 de Abril cuando entre definitivamente en Aries. Este es el grado crítico de toda la Rueda Evolutiva del Zodiaco, el Alpha y el Omega. Es el grado de la Humanidad, ahí donde los personal es colectivo y viceversa. Este lugar sagrado en la Rueda del Zodiaco nos habla del Nacimiento : Aries representa el salto a la Vida, Piscis representa la aguas primordiales del útero materno y toda la información codificada en nuestro ADN.
Esto implica que Venus, nuestra Reina del Amor y del Deseo, volvió sobre sus pasos para re-encontrarse con Chirón y la cuadratura de Saturno. El hecho que haya hecho su retrogradación sobre el grado cero de Aries implica que lo que Venus fue a buscar en el pasado es relevante para su nuevo ciclo de 18 meses, fecundada por la semilla de Aries. Si tomamos en cuenta que Aries es el nacimiento de algo nuevo, entonces Venus en Aries es pionera, abre camino a nuevas formas de crear, de vincularnos. Abre camino a nuevos proyectos, nuevos valores y nuevos deseos. Abre camino a nuevas formas para expresar nuestro amor a la vida, nuestra integridad y valores.
Este nacimiento de Venus en Aries nos inspira a la voluntad y al coraje para caminar con el corazón abierto y a la fortaleza de sostener nuestros deseos creativos, nuestras relaciones y nuestra economía de una manera íntegra, propia y singular. De una manera en la que honramos nuestra autenticidad, nuestra diferencia y nuestra independencia. Desde ahí nos expresamos y nos vinculamos.
El arquetipo de Venus en Aries es independiente, nadie la domina, nadie la doblega. Ella cree en ella y nos inspira al coraje de creer en nosotros mismos para cultivar creaciones y relaciones auténticas . Nos invita a honrar nuestro Yo Soy y levantar valientemente el fuego de nuestro amor y de nuestro deseo. Venus en Aries levanta una antorcha y se abre paso en la oscuridad de lo nuevo.
Venus en Aries siempre implica un riesgo, una aventura, un transitar territorios desconocidos. De ahí que el miedo y las creencias del pasado se activan, reteniéndonos. De ahí que estas pasadas semanas hayan estado cargadas. Energías antiguas, represoras, controladoras, heridas, de miedo, y hasta violencia, que nos hablan de una historia más profunda que la de nuestra cotidianidad. Aunque lo vivimos en un plano personal, no es solo personal, es colectivo. Es una herida humanitaria.
Aries nos habla de nuestro camino de individuación: ese proceso en el que soltamos capas de condicionamiento, veladuras ilusorias, membranas limitantes, programas y creencias que, desde Piscis, desde el pasado, opacan la luz de nuestro Ser actualizado. De nuestro ser naciente. Este tránsito de Venus retrógrado nos ha pedido una actualización de nuestra voluntad, de nuestro deseo, de nuestro foco: como si los ecos del pasado todavía nos rondaran, como fantasmas, como apegos que vampirizan nuestro presente, para recordarnos nuestra soberanía. Podemos reconocer lo que ya no nos domina, de lo que nos liberamos. Estas memorias y creencias, llamadas sombras, son aliadas en el camino de la libertad y la independencia. Fortalecen nuestra voluntad e integridad.
El desamor asola muchas almas de nuestro planeta. De ahí que caminar con conciencia en estos tiempos implica una profunda compasión hacia el dolor personal y colectivo. Venus en Piscis nos habla del Paradigma de la Benevolencia, virtud de honrar nuestras emociones, errores y fallas compasivamente. Una benevolencia y compasión que nutre nuestro corazón para que el fuego que se levanta no queme ni destruya, revindicando desde la carencia derechos y espacios que no hemos conquistado en nuestro interior.
Venus en Aries necesita de la Memoria del Agua de Piscis para inspirar y nutrir su poder y su fuerza. De ahí que lo que nos ha herido también nos hace humildes y nos fortalece : es nuestra compasión hacia nuestra historia y nuestro camino lo que nos hace fuertes.
La carencia de amor se visibiliza de muchas maneras. Se revela a través de un sentimiento de desmerecimiento, de no sentirnos a la altura, de comparación, de medirnos, de competición. El desamor también se expresa a través de un descuido hacia lo que somos y hacemos. La desvalorización nos habla de creer que no merecemos expresarnos y Ser libremente, que para Ser tenemos que obedecer una realidad extrena consensuada, una autoridad moral de quienes deciden lo bueno de lo malo por nosotros.
Saturno en Sagitario nos habla de los dogmas mentales y espirituales que controlan el alma humana. Esta rigidez moral asfixia la expresión de cada ser singular en su subjetividad, en su Libertad Solar de Ser, en su sentirse autorizado a expresarse. De ahí que las capas profundas de este tránsito de Venus en Piscis – con Chirón y Saturno- nos habla de memorias y traumas trans-generacionales vinculados al miedo a mostrarnos, expresarnos, a liderar desde la autenticidad de nuestro ser, de participar desde nuestra esencia, de desear libremente, de honrar nuestro derecho al gozo, a la libertad.
Chirón es el curandero que abre la puerta de la herida de par en par para sacar el veneno. Veneno de dolor, veneno del pasado, veneno del olvido, veneno del trauma. En Piscis, esta intervención sanadora de Chirón en el corazón de Venus implica un llamado a la compasión y a la benevolencia por encima de cualquier juicio. Saturno en cuadratura con Chirón ha activado la memoria de la frialdad del juicio. La sensibilidad de Venus en Piscis, con el corazón abierto de par en par, siente profundamente las heridas causada por los juicios de la humanidad.
Saturno representa la energía represora, el control de alguna autoridad internalizada o externalizada que hace de fiscal y juez y nos recuerda que es peligroso expresarse, que hay consecuencias, que hay castigos. De ahí el miedo y la congelación, el enfriamiento del calor del corazón, del calor de creer en nosotros y crear desde ahí. Chirón y Saturno siguen en cuadratura hasta el 30 de abril, por lo cual el telón de fondo de esta Luna en Tauro nos muestra el rostro de estas memorias de desamor.
Si nos sentimos atormentados por algo que parece ser más grande y más fuerte que nosotros, que inhibe nuestra confianza, seguridad y gozo, tal vez bajo esta astrología, nos sirva recodar que -a mayor o menor grado- estamos todas y todos bajo la influencia de una creencia de un poder superior externo a nosotros que nos domina. Sea desde la doctrina judeo-cristiana con sus pilares de pecado, humillación, castigo y vergüenza, ya sea a través de la negación del deseo o a través de la búsqueda de la trascendencia y la iluminación, lo que esta Luna en Tauro nos viene a recordar es que el Gran Poder del Sol ilumina y fecunda la Materia. Nos recuerda que somos seres solares con libertad total para crear. Estamos aquí para iluminar la materia con nuestra conciencia, fecundar el mundo con nuestros deseos de belleza, armonía y abundancia.
La Luna nueva en Tauro nos invita a encontrar el camino del amor dentro de nuestro ser, en nuestros vínculos y relaciones, abrazando cada ser en su diferencia y singularidad, sin juicio. Esta apertura vincula nuestro Amor a la Tierra con el amor a nuestros hermanos y hermanas. Un camino de valorización, amor y creación conjunta en el que nos enraizarnos juntos en lo que importa : nuestros vínculos y nuestro Amor a la Tierra compartido .
Cuando la vida se siente como una danza peligrosa, cuando el Universo parece ser nuestro enemigo, cuando nos sentimos debilitados por las fuerzas adversas, por pérdidas dolorosas, o por la enfermedad, el tesoro más sagrado que tenemos es nuestra incondicionalidad hacia nosotros mismos, nuestros tiempos, nuestros sentimientos. Acompañarnos, estemos como estemos, es valorarnos, es amarnos sin juicios, sin exigencias. Desde ahí, tejemos un llamado a la Tierra -Gran Madre sustentadora- y le entregamos lo que nos aqueja. Renovamos nuestro votos, agradecemos nuestra Vida y nos levantamos.
Así nos relacionamos con el Ser Vivo que es la Tierra y tomamos su apoyo, enraizados en lo más valioso : nosotros, nuestros bienestar. Entonces nos vinculamos y tejemos puentes, nos conectamos, nos apoyamos mutuamente. Acogemos el malestar del otro, su diferencia, confiamos y nos compartimos como estamos, auténticos, sin máscaras ni exigencias. Así construimos espacios seguros, cálidos. Así cuidamos el fuego del amor, juntos. Así nos cuidamos y nos dejamos cuidar. Bajo la Luna nueva en Tauro integridad y cuido son la misma palabra.
Paloma Todd
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