lunes, 26 de junio de 2017

Tal vez, no hemos encarnado para estar cómodos. Tal vez, hemos venido para estar desnudos, rompernos, arreglarnos, quemarnos, aprender, desaprender.
Tal vez, no hemos venido a que sea fácil, sino para deshacernos y hacernos, para tejernos y destejer nos, para llenarnos, vaciarnos y volvernos a llenar. 
Tal vez, no hemos venido para estar tranquilos ni estables, sino para fluctuar, para hundirnos, para reflotar, para nadar contra la corriente y llegar a nuevas costas.
Tal vez, no hemos venido para estar balanceados, sino para luchar para integrarnos, para ir hasta los huesos, para ser espejos, para des-cubrirnos y quitarnos los ropajes viejos.
Tal vez, no hemos venido para que todo sea fácil, tal vez, nuestra vieja alma ama los desafíos, ama lo difícil, ama lo complejo, ama los acertijos, los candados cerrados por abrir, ama los misterios de la vida, las nieblas donde no se ve, lo no claro, lo raro, lo cósmico y humano, lo desgarrado y decadente, lo bello e imperfecto. Tal vez, nuestra alma, vieja corsaria de tantos mares cósmicos, se siente viva al sentir hondo, al ir al fondo, al nadar en esos mares turbios por momentos. Tal vez, nuestra alma pirata evoluciona así.

Julieta Suarez Valente


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