Hay que esperar a que pase la tormenta emocional para actuar con claridad y alineados con nuestros deseos y principios más profundos. Las emociones son rápidas y cambiantes como la luna; nos sirven de guía en el momento y nos dan información muy valiosa con respecto a nuestro mundo interior, pero no siempre son las mejores compañeras a la hora de tomar grandes decisiones.
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