lunes, 31 de julio de 2017

La iluminación espiritual Alejandro Jodorowsky

Cuando le pregunté a mi Maestro Zen Ejo Takata, cómo era un ser iluminado, me contestó:
“Un ser iluminado, es decir libre, no tiene nombre, no tiene edad, no tiene nacionalidad ni raza, no tiene definición sexual, no tiene religión ni partido político, no tiene un oficio que lo defina, en fin, no tiene etiquetas. Tiene ideas pero no es sus ideas, tiene sentimientos pero no es sus sentimientos, tiene deseos pero no es sus deseos. No tiene dueños ni jefes ni prejuicios ni dogmas. Considera que su cuerpo tan solo le es prestado. Considera que su “yo” es tan solo  una pequeña parte de “nosotros”. Considera que su alma, como todas las almas, son tan solo la energía vital del universo.”
Después de decirme esto,  me recitó una frase que siglos atrás estaba escrita en los templos griegos: “Conócete a ti mismo. Nada demás. Todo es uno.” 
Con la palma de su mano derecha me dió tres golpes en cada omóplato y luego me dijo: “¡Intelecto vacío, corazón lleno, sexo satisfecho!”



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