sábado, 8 de julio de 2017

La palabra ENTUSIASMO proviene del griego y significa tener un DIOS dentro de sí.
La persona entusiasta o entusiasmada era aquella que era tomada por uno de los dioses, guiada por su fuerza y sabiduría, y por ese motivo podría transformar la naturaleza que lo rodea y hacer que ocurrieran cosas.
Sólo las personas entusiastas eran capaces de vencer los desafíos de lo cotidiano. Era necesario por lo tanto entusiasmarse para resolver los problemas que se presentaban y pasar a una nueva y mejor situación.
El entusiasmo no es una cualidad que se construye o que se desarrolla. Es un estado de fe, de afirmación de sí mismo.
La persona entusiasta es aquella que cree en su capacidad de transformar las cosas.



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