Hoy cruzamos el umbral de la Luna nueva en Virgo. Cada 28 días, después de vaciarse, la Luna recibe la semilla del Sol. Cada semilla está codificada con la energía del signo en el que el Sol y la Luna se encuentran. Nos movemos con el Sol y la Luna en la rueda del zodiaco. Somos parte de esta danza. Este encuentro del Sol y la Luna marca un compás, un ritmo. Este es el reloj cósmico. Este es el tiempo del Cielo y la Tierra. La Tierra danza con el Sol y la Luna. Esta es la comunión a la cual pertenecemos. Este es nuestro tiempo real.
Mercurio regente de Virgo acaba de salir del periodo de sombra de su retrogradación. Estamos en proceso de reordenamiento post eclipses y post retrogradación de Mercurio.
Virgo es un signo vinculado al orden. El orden nos habla de una estructura, de una secuencia, de un proceso, de unos pasos, de una relación entre las partes, de una armonía útil y pertinente. Ordenar hace parte vital de un proceso creativo.
Un proceso creativo tiene sus partes, su secuencia, su orden. En este orden hay un tiempo para el caos y la desorientación, un tiempo de muerte, de soltar y de pérdida. Pasos necesarios para crear un nuevo orden.
Este caos es un desorden que hace parte de un orden. Para honrar el proceso hemos de abrazar lo que pide ser deshecho y despedirlo. A través de la incertidumbre del caos llegamos al orden. La clave está en conocer el proceso, sus etapas, su orden, para así reconocer cuándo es un tiempo para permitir que el caos actúe y cuándo es un tiempo para reconocer el nuevo orden que emerge. Si el caos prevalece y no emerge un proceso de ordenamiento, entonces es un buen momento para interrogarnos si estamos caminando con integridad nuestros procesos. Con integridad quiere decir aceptando las etapas del camino. Tanto las dulces como las amargas. Tanto las oscuras como las luminosas.
En lo oscuro de la Luna en Virgo estamos llamados a abrazar el tesoro oculto en el vacío de la Luna. Para muchos la negación de la sombra, la negación de la fértil noche, la negación de las emociones más opacas, impide que se de un proceso íntegro. Impide que emerja un nuevo orden. La Luna nueva en Virgo nos convoca al proceso que ordena y a la integridad de honrar el tiempo real que genera una espacio para que realicemos, creemos, materialicemos. Un tiempo que nos dice : la vida es noche y día, duelo y gozo, composta y fertilidad.
Si no hemos aceptado el caos como parte de un orden natural, si nos hemos resistido al desprendimiento de lo que ya fue, si rechazamos el proceso de descomposición creativa, si intentamos controlar el orden de las cosas sin abrazar el misterio que habita en el corazón del proceso, entonces no sabremos reconocer el tiempo en el que una nueva forma, un nuevo ordenamiento, se presente.
Un proceso creativo es un fractal de la vida y de la creación en su orden natural y orgánico. El proceso ama el tiempo, lo ama y lo necesita. Sin tiempo dedicado al proceso no podemos realizar(nos). Para realizar lo que soñamos y amamos, para realizarnos, necesitamos una relación con el orden natural y con el tiempo real. Este tiempo real es cíclico, no es lineal. Conocer el ciclo en el que estamos y reconocer el proceso al cual este ciclo nos invita es honrar la vida. Es caminar con integridad. Vivir nuestro ciclo personal integrado en la danza de ciclos cósmicos es parte de un camino de conciencia. No podemos hablar de conciencia, sin hablar del tiempo, del proceso y de un orden.
Esta Luna nueva en Virgo nos invita a dedicar nuestro tiempo al proceso con conciencia. Paso a paso, de tarea en tarea, día a día, caminamos el proceso que realiza nuestro sueño. Este es un tiempo en que el esfuerzo puesto en ordenar nuestras prácticas rendirá sus frutos. Son pasos pequeños. Son detalles. Son el proceso hacia la totalidad.
Quienes hayan navegado procesos creativos, hayan realizado visiones y materializado sueños, saben que en el orden natural de un proceso hay valles oscuros. Valles de incertidumbre. Valles de memorias y prohibiciones ancestrales que emergen de lo profundo y se presentan para desafiar el poder de nuestro deseo creativo. La página en blanco a la cual una escritora o un pintor se enfrentan es la metáfora de una actitud ante la vida. La confianza que un músico o un actor cultiva a la hora de entregarse en un escenario nos habla de un camino oculto, invisible detrás de su presencia. No vemos todo el proceso, no vemos lo que hay detrás de lo que creamos, lo vivimos, lo padecemos. Lo que creamos revela la luz que sobrevivió un proceso íntegro de muerte y renacimiento. Lo que vemos es resultado de tiempo y dedicación.
Para que esta luz -de la escritura, de la pintura, de la canción, de la representación-, para que esta actitud ante la vida se manifieste, hay una composta detrás que ha fertilizado el proceso. Algo ha muerto y aunque no se ve, es parte de lo creado. Así también se expresa el gozo. Para caminar con gozo necesitamos la composta de nuestros duelos. Desde esta perspectiva, el gozo es un camino de integridad. No es una burbuja que nos pide escapar de lo que duele. Es la voz de la valentía de transformar la prohibición y elevarla al reino de la afirmación. El gozo emerge cuando honramos los ciclos creativos con integridad.
Hacer composta de la prohibición nos habla de abrazar la bravura del salto al vacío de ser, el pánico de la caída, la violencia de nuestra exigencia y control, la resistencia a dejarnos llevar por un proceso que no podemos controlar. Confundimos orden con control. Ese es el peligro. Y esta es la sombra de Virgo. En su luz nos habla del orden natural, del orden que abraza un tiempo orgánico, un tiempo que fertiliza nuestras acciones. Y Virgo también es perfeccionista, exigente, y el peligro es que ante el miedo que todo proceso creativo abre, el control emerge para garantizar su realización. Y ahí está la trampa. La trampa del control que interrumpe la organicidad de un proceso que tiene sus propios tiempos y ciclos.
Mercurio, el regente de Virgo, salió ayer de su periodo de sombra. A partir de esta Luna nueva caminamos un nuevo territorio. Algunas de las alquimias creativas que Mercurio nos trae nos habla de la relación entre Leo y Virgo.
La pasión creativa de Leo late cálida y amorosa detrás de la dedicación al detalle de Virgo. La generosidad de Leo se organiza de manera eficiente y práctica en Virgo. La soberanía de Leo se raliza a través del servicio de Virgo. El corazón de Leo se expresa a través del cuido de Virgo. El liderazgo de Leo se expresa a través de la integridad de Virgo.
En Leo encendimos un fuego, conectamos con el deseo de nuestro corazón, con la pasión. Este fuego nos puede haber inspirado a realizarnos de una manera más sincera, honesta, auténtica. De una manera que nos dio fuerza para posicionarnos, ubicarnos en un lugar propio. Este fuego de la autenticidad también puede haber generado mucho caos, ya que su poder ha revelado todo aquello que no está alineado con la verdad de nuestro corazón, que no está alienado con el propósito de nuestra alma.
El eclipse abrió las puertas a revelaciones que para algunos han sido la culminación de un camino errado, en el que nos damos cuenta que nos hemos engañado, equivocado. Un camino en el que no nos hemos valorado y las consecuencias de esta desvalorización muestran sus ramificaciones y conectamos con el duelo y deseo de esa parte de nosotros que quiere, merece y necesita amor, perdón, reconciliación.
Esta Luna nueva en Virgo nos invita a honrar y abrazar el error como una pieza fértil dentro del proceso creativo de ser. Del error salen los nutrientes de nuestras decisiones futuras. Integramos la lección y nos corregimos. En Virgo la corrección es creativa. Separa el grano de la paja. Nos dice: esto funciona y esto no. Esta es una mirada neutra, creativa, no es una mirada que castiga lo que está mal hecho. Es una mirada que ve la totalidad e integra lo que es útil y descarta lo que no lo es. El peligro bajo esta Luna es enjuiciar nuestros errores en vez de aprender de ellos.
El fuego de Leo se nos puede haber ido de las manos. Si estábamos viviendo desde una carencia, el fuego a incendiado nuestra realidad y nos ha llevado a acciones que han generado desorden. Lo que estaba ordenado desde nuestra herida o carencia no se ha podido sostener. El corazón de Leo ha pedido un reordenamiento basado en nuestra autenticidad. Lo falso se ha revelado. Algo ha terminado. Algo se ha cerrado.
Dependiendo del nivel de integridad con el que estábamos caminando nuestra vida, el eclipse ha mostrado lo que funciona y lo que no. Donde no había integridad, algo se desintegró. Donde sí había integridad, algo se fortaleció y mostró su salud y su coherencia. Cada cual puede evaluar en qué área de su vida esta dinámica se reveló. El eclipse en Leo sobretodo ha revelado todo lo que ha pedido morir para ser composta de lo que quiere ser creado ahora. El nuevo orden de Virgo pide que nos presentemos en esta Luna nueva y entreguemos lo que nos duele, lo que hemos perdido, lo que no nos acompaña, lo que se ha revelado errado. Pide que lo entreguemos como el fertilizante de lo que quiere emerger tras pasar por el proceso de Virgo. En esta Luna nueva, agradecemos los ciclos que cierran y sus cosechas. Agradecemos los frutos de nuestro camino. Y bajo esta Luna, reconocer y valorar nuestros errores es una cosecha en si misma.
La luz de Leo ha iluminado lo verdadero y lo falso. Algunos hemos danzado en las llamas dando voz y cuerpo a esta poderosa energía creativa. Otros nos hemos quemado tratando de manejarnos en medio de tormentas caóticas de emociones y deseos en conflicto. Otros hemos abierto la puerta a un camino más honesto y más íntimo. Otros nos hemos perdido en las sombras de las carencias reveladas. Poco importa cómo ha sido. Ahora el ciclo que nos corresponde honrar es el de poner orden y abrir un proceso de dedicación.
Virgo se dedica. Se dedica a unificar, componer, reparar, hilvanar, coser. Virgo recoger, organiza, digiere, separa e integra. Virgo limpia, purifica, hace sagrado. Virgo trabaja, se entrega, lo da todo. Virgo cuida, de otros, de los detalles, de la historia y los recursos. Virgo custodia el tiempo cíclico de la Tierra. Virgo marca un compás. Virgo crea nuevos sistemas, modelos, paradigmas.
Virgo es la guardiana del proceso creativo en su práctica. La chispa se enciende en Leo, Virgo la trae a tierra. Virgo domestica el egocentrismo de Leo y lo ofrenda al servicio gracias a su dedicación y perseverancia. Este es un buen momento para preguntarnos :: ¿qué quiere Virgo de mi? ¿dónde quiere que ponga mi dedicación, mi amor, mi palabra y mi acción? ¿qué pasos, por más pequeños que sean, puedo dar para honrar mi vida como un proceso creativo? ¿qué quiero realizar?
En esta lunación tenemos a Venus, Mercurio y Marte también en Virgo. Todos los planetas personales están enfocados en la misma tarea. La tarea de Virgo es que cultivemos la nuestra conexión con la Tierra.
Esta Lunación pone un énfasis en la Tierra, en la raíz y en procesos que no son forzosamente glamorosos. En Leo hemos conectado con la grandeza de nuestro ser y ahora, esta grandeza se encarna en el día a día. En este paso de ir hacia la tierra hay para muchos una sensación de pérdida, de duelo. Es recomendable cuidarnos de que no subamos demasiado, que no busquemos escapar de la densidad de la materia, ya que es ahí donde se da la transformación creativa que nos pide este ciclo, este tiempo.
¿Qué ideas y pensamientos sembramos en el mundo? ¿desde lo profundo de nuestro ser, qué deseos sagrados entregamos a la vida? ¿ qué acciones emprendemos? ¿cómo deseamos servir al mayor bien? ¿a qué dedicamos nuestro tiempo?
Este es un buen tiempo para recordar que estamos aquí para servir la belleza dinámica y orgánica de la Tierra y de nuestro ser y preguntarmos : ¿eso que hago, es útil? ¿beneficia? ¿trae vida? ¿inspira? ¿vitaliza? ¿libera? ¿apoya? ¿une? ¿integra? ¿sana? ¿embellece?
Muy buena Luna a todos y todas
Paloma Todd
Mercurio regente de Virgo acaba de salir del periodo de sombra de su retrogradación. Estamos en proceso de reordenamiento post eclipses y post retrogradación de Mercurio.
Virgo es un signo vinculado al orden. El orden nos habla de una estructura, de una secuencia, de un proceso, de unos pasos, de una relación entre las partes, de una armonía útil y pertinente. Ordenar hace parte vital de un proceso creativo.
Un proceso creativo tiene sus partes, su secuencia, su orden. En este orden hay un tiempo para el caos y la desorientación, un tiempo de muerte, de soltar y de pérdida. Pasos necesarios para crear un nuevo orden.
Este caos es un desorden que hace parte de un orden. Para honrar el proceso hemos de abrazar lo que pide ser deshecho y despedirlo. A través de la incertidumbre del caos llegamos al orden. La clave está en conocer el proceso, sus etapas, su orden, para así reconocer cuándo es un tiempo para permitir que el caos actúe y cuándo es un tiempo para reconocer el nuevo orden que emerge. Si el caos prevalece y no emerge un proceso de ordenamiento, entonces es un buen momento para interrogarnos si estamos caminando con integridad nuestros procesos. Con integridad quiere decir aceptando las etapas del camino. Tanto las dulces como las amargas. Tanto las oscuras como las luminosas.
En lo oscuro de la Luna en Virgo estamos llamados a abrazar el tesoro oculto en el vacío de la Luna. Para muchos la negación de la sombra, la negación de la fértil noche, la negación de las emociones más opacas, impide que se de un proceso íntegro. Impide que emerja un nuevo orden. La Luna nueva en Virgo nos convoca al proceso que ordena y a la integridad de honrar el tiempo real que genera una espacio para que realicemos, creemos, materialicemos. Un tiempo que nos dice : la vida es noche y día, duelo y gozo, composta y fertilidad.
Si no hemos aceptado el caos como parte de un orden natural, si nos hemos resistido al desprendimiento de lo que ya fue, si rechazamos el proceso de descomposición creativa, si intentamos controlar el orden de las cosas sin abrazar el misterio que habita en el corazón del proceso, entonces no sabremos reconocer el tiempo en el que una nueva forma, un nuevo ordenamiento, se presente.
Un proceso creativo es un fractal de la vida y de la creación en su orden natural y orgánico. El proceso ama el tiempo, lo ama y lo necesita. Sin tiempo dedicado al proceso no podemos realizar(nos). Para realizar lo que soñamos y amamos, para realizarnos, necesitamos una relación con el orden natural y con el tiempo real. Este tiempo real es cíclico, no es lineal. Conocer el ciclo en el que estamos y reconocer el proceso al cual este ciclo nos invita es honrar la vida. Es caminar con integridad. Vivir nuestro ciclo personal integrado en la danza de ciclos cósmicos es parte de un camino de conciencia. No podemos hablar de conciencia, sin hablar del tiempo, del proceso y de un orden.
Esta Luna nueva en Virgo nos invita a dedicar nuestro tiempo al proceso con conciencia. Paso a paso, de tarea en tarea, día a día, caminamos el proceso que realiza nuestro sueño. Este es un tiempo en que el esfuerzo puesto en ordenar nuestras prácticas rendirá sus frutos. Son pasos pequeños. Son detalles. Son el proceso hacia la totalidad.
Quienes hayan navegado procesos creativos, hayan realizado visiones y materializado sueños, saben que en el orden natural de un proceso hay valles oscuros. Valles de incertidumbre. Valles de memorias y prohibiciones ancestrales que emergen de lo profundo y se presentan para desafiar el poder de nuestro deseo creativo. La página en blanco a la cual una escritora o un pintor se enfrentan es la metáfora de una actitud ante la vida. La confianza que un músico o un actor cultiva a la hora de entregarse en un escenario nos habla de un camino oculto, invisible detrás de su presencia. No vemos todo el proceso, no vemos lo que hay detrás de lo que creamos, lo vivimos, lo padecemos. Lo que creamos revela la luz que sobrevivió un proceso íntegro de muerte y renacimiento. Lo que vemos es resultado de tiempo y dedicación.
Para que esta luz -de la escritura, de la pintura, de la canción, de la representación-, para que esta actitud ante la vida se manifieste, hay una composta detrás que ha fertilizado el proceso. Algo ha muerto y aunque no se ve, es parte de lo creado. Así también se expresa el gozo. Para caminar con gozo necesitamos la composta de nuestros duelos. Desde esta perspectiva, el gozo es un camino de integridad. No es una burbuja que nos pide escapar de lo que duele. Es la voz de la valentía de transformar la prohibición y elevarla al reino de la afirmación. El gozo emerge cuando honramos los ciclos creativos con integridad.
Hacer composta de la prohibición nos habla de abrazar la bravura del salto al vacío de ser, el pánico de la caída, la violencia de nuestra exigencia y control, la resistencia a dejarnos llevar por un proceso que no podemos controlar. Confundimos orden con control. Ese es el peligro. Y esta es la sombra de Virgo. En su luz nos habla del orden natural, del orden que abraza un tiempo orgánico, un tiempo que fertiliza nuestras acciones. Y Virgo también es perfeccionista, exigente, y el peligro es que ante el miedo que todo proceso creativo abre, el control emerge para garantizar su realización. Y ahí está la trampa. La trampa del control que interrumpe la organicidad de un proceso que tiene sus propios tiempos y ciclos.
Mercurio, el regente de Virgo, salió ayer de su periodo de sombra. A partir de esta Luna nueva caminamos un nuevo territorio. Algunas de las alquimias creativas que Mercurio nos trae nos habla de la relación entre Leo y Virgo.
La pasión creativa de Leo late cálida y amorosa detrás de la dedicación al detalle de Virgo. La generosidad de Leo se organiza de manera eficiente y práctica en Virgo. La soberanía de Leo se raliza a través del servicio de Virgo. El corazón de Leo se expresa a través del cuido de Virgo. El liderazgo de Leo se expresa a través de la integridad de Virgo.
En Leo encendimos un fuego, conectamos con el deseo de nuestro corazón, con la pasión. Este fuego nos puede haber inspirado a realizarnos de una manera más sincera, honesta, auténtica. De una manera que nos dio fuerza para posicionarnos, ubicarnos en un lugar propio. Este fuego de la autenticidad también puede haber generado mucho caos, ya que su poder ha revelado todo aquello que no está alineado con la verdad de nuestro corazón, que no está alienado con el propósito de nuestra alma.
El eclipse abrió las puertas a revelaciones que para algunos han sido la culminación de un camino errado, en el que nos damos cuenta que nos hemos engañado, equivocado. Un camino en el que no nos hemos valorado y las consecuencias de esta desvalorización muestran sus ramificaciones y conectamos con el duelo y deseo de esa parte de nosotros que quiere, merece y necesita amor, perdón, reconciliación.
Esta Luna nueva en Virgo nos invita a honrar y abrazar el error como una pieza fértil dentro del proceso creativo de ser. Del error salen los nutrientes de nuestras decisiones futuras. Integramos la lección y nos corregimos. En Virgo la corrección es creativa. Separa el grano de la paja. Nos dice: esto funciona y esto no. Esta es una mirada neutra, creativa, no es una mirada que castiga lo que está mal hecho. Es una mirada que ve la totalidad e integra lo que es útil y descarta lo que no lo es. El peligro bajo esta Luna es enjuiciar nuestros errores en vez de aprender de ellos.
El fuego de Leo se nos puede haber ido de las manos. Si estábamos viviendo desde una carencia, el fuego a incendiado nuestra realidad y nos ha llevado a acciones que han generado desorden. Lo que estaba ordenado desde nuestra herida o carencia no se ha podido sostener. El corazón de Leo ha pedido un reordenamiento basado en nuestra autenticidad. Lo falso se ha revelado. Algo ha terminado. Algo se ha cerrado.
Dependiendo del nivel de integridad con el que estábamos caminando nuestra vida, el eclipse ha mostrado lo que funciona y lo que no. Donde no había integridad, algo se desintegró. Donde sí había integridad, algo se fortaleció y mostró su salud y su coherencia. Cada cual puede evaluar en qué área de su vida esta dinámica se reveló. El eclipse en Leo sobretodo ha revelado todo lo que ha pedido morir para ser composta de lo que quiere ser creado ahora. El nuevo orden de Virgo pide que nos presentemos en esta Luna nueva y entreguemos lo que nos duele, lo que hemos perdido, lo que no nos acompaña, lo que se ha revelado errado. Pide que lo entreguemos como el fertilizante de lo que quiere emerger tras pasar por el proceso de Virgo. En esta Luna nueva, agradecemos los ciclos que cierran y sus cosechas. Agradecemos los frutos de nuestro camino. Y bajo esta Luna, reconocer y valorar nuestros errores es una cosecha en si misma.
La luz de Leo ha iluminado lo verdadero y lo falso. Algunos hemos danzado en las llamas dando voz y cuerpo a esta poderosa energía creativa. Otros nos hemos quemado tratando de manejarnos en medio de tormentas caóticas de emociones y deseos en conflicto. Otros hemos abierto la puerta a un camino más honesto y más íntimo. Otros nos hemos perdido en las sombras de las carencias reveladas. Poco importa cómo ha sido. Ahora el ciclo que nos corresponde honrar es el de poner orden y abrir un proceso de dedicación.
Virgo se dedica. Se dedica a unificar, componer, reparar, hilvanar, coser. Virgo recoger, organiza, digiere, separa e integra. Virgo limpia, purifica, hace sagrado. Virgo trabaja, se entrega, lo da todo. Virgo cuida, de otros, de los detalles, de la historia y los recursos. Virgo custodia el tiempo cíclico de la Tierra. Virgo marca un compás. Virgo crea nuevos sistemas, modelos, paradigmas.
Virgo es la guardiana del proceso creativo en su práctica. La chispa se enciende en Leo, Virgo la trae a tierra. Virgo domestica el egocentrismo de Leo y lo ofrenda al servicio gracias a su dedicación y perseverancia. Este es un buen momento para preguntarnos :: ¿qué quiere Virgo de mi? ¿dónde quiere que ponga mi dedicación, mi amor, mi palabra y mi acción? ¿qué pasos, por más pequeños que sean, puedo dar para honrar mi vida como un proceso creativo? ¿qué quiero realizar?
En esta lunación tenemos a Venus, Mercurio y Marte también en Virgo. Todos los planetas personales están enfocados en la misma tarea. La tarea de Virgo es que cultivemos la nuestra conexión con la Tierra.
Esta Lunación pone un énfasis en la Tierra, en la raíz y en procesos que no son forzosamente glamorosos. En Leo hemos conectado con la grandeza de nuestro ser y ahora, esta grandeza se encarna en el día a día. En este paso de ir hacia la tierra hay para muchos una sensación de pérdida, de duelo. Es recomendable cuidarnos de que no subamos demasiado, que no busquemos escapar de la densidad de la materia, ya que es ahí donde se da la transformación creativa que nos pide este ciclo, este tiempo.
¿Qué ideas y pensamientos sembramos en el mundo? ¿desde lo profundo de nuestro ser, qué deseos sagrados entregamos a la vida? ¿ qué acciones emprendemos? ¿cómo deseamos servir al mayor bien? ¿a qué dedicamos nuestro tiempo?
Este es un buen tiempo para recordar que estamos aquí para servir la belleza dinámica y orgánica de la Tierra y de nuestro ser y preguntarmos : ¿eso que hago, es útil? ¿beneficia? ¿trae vida? ¿inspira? ¿vitaliza? ¿libera? ¿apoya? ¿une? ¿integra? ¿sana? ¿embellece?
Muy buena Luna a todos y todas
Paloma Todd
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