Cuando un pensamiento negativo corroe un buen momento, cuando una preocupación ensucia un momento de disfrute, cuando la culpa evita que te entregues a los permisos. Cuando demasiado amor o afecto te hace sospechar e insertar miedos,cuando la estética te deja afuera del amor, o de placeres gastronómicos, o cuando imagines demonios donde no los hay, ese veneno está presente.
Cuando el control excesivo hace que pierdas espontaneidad, cuando el miedo evite que abras el corazón y te animes a tomar tu destino, cuando los "peros" estén a la orden del día, cuando el espejo sea tu peor enemigo y tu mente te descalifique permanentemente, ese veneno está presente.
Destruir buenos momentos, boicotear buenas relaciones, preocuparse, todo esto ensucia nuestro campo energético, nuestros ambientes y entornos, y por supuesto, nos contaminamos y sentimos mal. Es menester, en estos tiempos, poder hacer estos procesos lo más conscientes posibles, para ir de a poquito sanándolos y echándoles luz desde el perdón, la amabilidad y las ganas de crecer. Instalarnos permanentemente en el drama, el conflicto y los culebrones, también es una decisión que tomamos, o insistimos en culpar al otro?
Julieta Valente
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