En el umbral de la Luna llena en Capricornio nuestro satélite Luna hace una conjunción con Saturno retrógrado en este signo a la vez que Marte acaba de comenzar su marcha retrógrada en Acuario. La combinación de estas dos energías las podemos sentir como un freno, un llamado a pausar, una necesidad de revisar y hacer acopio de nuestros recursos para planificar la materialización de un nuevo proyecto de vida -económico, afectivo, creativo-. Este llamado puede tocar nuestra puerta como un sentimiento de crisis existencial, de pérdida o de confusión. Duda y confusión sobre qué rumbo tomar; duda y confusión sobre las formas y estrategias para llevar a cabo la materialización de nuestros deseos creativos, emocionales y espirituales; dudas y confusión sobre nuestra propia capacidad de materializar el cambio que queremos crear para nuestra vida.
¿dónde y con quién queremos echar raíces? ¿qué valores están cambiando en nuestra vida y qué impacto tienen en nuestras decisiones materiales? ¿qué estamos, o no estamos, dispuestos a apoyar, sustentar, nutrir? ¿qué queremos construir?
Esta Luna llena nos convoca a una reflexión seria y profunda. Nos convoca a tomarnos el tiempo. A no precipitarnos.
Capricornio es un signo de autoridad. Esta autoridad va más allá de la ley humana, más allá de los dogmas y las reglas creadas a través de los tiempos. Es una autoridad que nos pide obediencia a las leyes del tiempo de la tierra, a honrar los límites de la realidad, al cultivo de la paciencia estratégica cíclica, a la responsabilidad y el compromiso con el que ponemos nuestros dones al servicio de un bien mayor. Con Capricornio suele haber un sentimiento de austeridad o de severidad, como si no hubiese suficiente para todos. Esto es una desviación de la energía de este arquetipo que realmente nos ofrece el don de la maestría sobre la materia.
Sin Capricornio y sin Saturno no podemos materializar nuestras visiones. Esta maestría nos habla de procesos, etapas, ciclos, tiempos propicios, escucha, pragmatismo, receptividad. Esta maestría nos habla de foco y paciencia sostenida. Esta maestría nos habla de perseverancia. Nos habla de nuestra capacidad de atravesar momentos difíciles sin perder nuestro norte. Nos habla de sostener nuestra consistencia y coherencia en medio de distracciones y desvíos.
Los cambios estructurales de los próximos meses tienen que ver con cuidar nuestra columna, nuestra base, nuestra raíz antes de seguir abriendo nuevas puertas. Nos habla de un proceso de contracción necesario antes de expandirnos y crecer. Este no es un tiempo para empujar las puertas que no abren. Este no es un tiempo para presionar, insistir, intentar dominar o ganar. La energía no es propicia y si insistimos podemos generar quiebres irreparables: quiebres de salud, económicas o vinculares.
Bajo esta Luna nuestro crecimiento toma un rumbo interno y reflexivo. La invitación es a no huir de esta seriedad, a no escapar de la mirada austera y pragmática que desmonta nuestras fantasías inmaduras, nuestras prisas y ambiciones, nuestra voracidad expansiva, nuestro deseo de conquista y éxito. Para algunos la energía de esta Luna puede ser abrasiva ya que su luz alumbra nuestra falta de estrategia, nuestra ausencia de un orden coherente que sustente lo que queremos materializar. Esta Luna puede que alumbre nuestra inmadurez e infantilismo, nuestra inconsciencia a la honra de manejarnos en el mundo de la materia.
Durante su retrogradación, Marte -arquetipo de la energía masculina, del guerrero, de la acción y la asertividad- entrará nuevamente en Capricornio, en Agosto. Durante la retrogradación de Marte tendremos tres eclipses : uno en Cáncer, el 13 de julio; otro en Acuario, el 27 de julio; y el tercero en Leo, el 11 de agosto. El 26 de julio también tendremos la retrogradación de Mercurio en Leo. Este es el clima evolutivo de los próximos meses.
Marte gobierna nuestras acciones, nuestra voluntad y nuestra capacidad de conquistar nuevos retos creativos. Marte tiene que ver con nuestra energía vital y cómo usamos el poder de nuestra pasión para abrir camino para nuestra expresión y nuestra capacidad de crear. Al Marte estar retrógrado su movimiento expresivo va hacia adentro en vez de ir hacia afuera. Con la retrogradación de Marte hablamos de un movimiento de conquista interno, una voluntad que -en vez de imponerse hacia afuera- toma las riendas de un viaje interior.
Este viaje interno que iniciamos bajo esta Luna llena nos pide que vayamos hacia el pasado, hacia las raíces de un proceso de condicionamiento que codificado dentro nuestro nos domina inconscientemente. Al Marte volver a entrar en Capricornio pareciera que lo que se revela bajo esta Luna nos va a llevar profundo en un proceso de descodificación de una autoridad interna que inhibe la expresión libre y soberana de nuestra verdad afectiva y creativa. Los eclipses en medio de este viaje serán catalizadores de cambios y revelaciones que tienen el potencial de llevarnos a territorios internos no carteados.
Esta aventura interna tiene un tono heroico, como de rescate, liberación. Es una aventura que nos invita a bracear los laberintos de nuestra mente condicionada para llegar a la raíz, al origen de esta autoridad interna. Este viaje nos puede llevar por los paisajes de nuestra infancia, memorias de nuestra educación y de nuestra relación con figuras de autoridad. Nos puede llevar a rescatar memorias celulares perinatales y prenatales que como burbuja energética nos atrapan en espacios tóxicos que buscamos repetir porque nos resultan familiares. Nos puede llevar a transitar la espiral de nuestro linaje para cartear los patrones opresivos que han dominado las narrativas de nuestra arqueología genética. Nos puede llevar a entrar en contacto con memorias transgeneracionales, con heridas en el linaje que emergen como negación creativa, represión, inhibición, miedo y juicio.
Marte rige a Aries, signo que acaba de acoger a Chirón, el sanador herido. Esto nos habla de que este viaje heroico interno es un camino de valentía ante el dolor que el proceso de sanación activa. Valentía en la toma de conciencia de que una parte de nuestra identidad se desarma abriendo la puerta al poder de la vulnerabilidad. Valentía en desear bracear este camino para recuperar nuestra energía vital, creativa. Valentía para sentir por encima del pensar.
Es probable que estemos tomando conciencia del poder del abuso y del trauma como narrativas dominantes en estos tiempos. Es probable que las tiranías inconscientes que tienen nuestro destino humanitario secuestrado en la inercia de un guión repetitivo encuentren ecos íntimos en el paisaje de nuestra alma. De ahí que la activación de nuestra heroicidad y nuestra disposición a ir hacia el pasado a enfrentar nuestra dictadura interna puede ser un pasaje que resistimos, contra el cual luchamos, nos rebelamos. Sucumbimos a la inercia de la repetición. Nos congelamos en argumentos que justifican nuestro malestar y no aceptamos la invitación de ir alma adentro a liberar lo que quiere ser liberado.
La clave para trabajar con esta energía es a través del prisma de la sanación. Nuestra identidad no es mental, no es una construcción de reglas y dogmas, no es un código creado por otros. Nuestra identidad es somática. La clave de estos meses de intensidad evolutiva es hacer un esfuerzo por no desconectarnos del cuerpo. Es encuerpándonos que honramos la memoria somática que somos. Somos códigos de agua, sentimiento, memorias que necesitan ablandarse, desfosilizarse, abrirse. Somos células que danzan en sincronía con la tierra y el cosmos, que responden al tiempo de la tierra.
¿en qué programa mental estamos atrapados que no nos permite conectar sentirnos, reconocernos y aceptarnos en este sentir?
¿qué armadura mental congela nuestro cuerpo en una postura rígida y exigente, defensiva y violenta?
¿cómo se refleja esta armadura mental en nuestro cuerpo?
Heroicidad es aceptar el desafío de sentir con cuerpo y alma un mundo que nos bombardea trauma y violencia. Cerrarnos a este sentir profundo es cerrarnos a la sabiduría de nuestro cuerpo, es negar el rumor del agua ancestral que corre dentro nuestro. Agua interna que apacigua, acuna, calma el fuego de la lucha. Agua que mece nuestra ambición por ganar, por conquistar, por competir. Agua que nos permite acoger la exigencia despiadada con la cual dirigimos nuestra vida.
La Luna llena en Capricornio unido a Marte retrógrado en Acuario nos invita a ralentizar, a ir hacia adentro y hacia atrás. Nos hace un llamado a cuidar lo que tenemos, a no malgastarlo, a la misma vez que podamos soltar y dejar ir lo que ya no nos es útil. Esta Luna llena nos invita a emprender este viaje cuidándonos incondicionalmente en el proceso.
Cuidar lo que valoramos. Cuidar lo que quiere crecer. Cuidar lo que hemos hecho con amor y conciencia hasta ahora. Cuidar lo que hay de vivo, sano, bello en nuestra vida. Cuidar nuestro cuerpo. Cuidar nuestras visiones. Cuidar nuestras creaciones. Cuidar nuestras heridas. Cuidar nuestras memorias. Cuidar nuestro cuerpo. Cuidar nuestra energía y nuestro tiempo. Cuidar nuestros sueños. Cuidar a los niños y niñas. Cuidar a los abuelos y abuelas. Cuidar nuestro jardín. Cuidar nuestra verdad.
Este foco en el cuido implica un compromiso. También implica poner límites. Esta Luna nos invita a tomar conciencia de qué y quiénes queremos cuidar, cómo lo queremos hacer y de honrar y respetar los límites necesarios para poner en marcha este proceso de cuidado radical íntimo y compartido. Porque es mediante el cuido radical que podemos sanar las heridas de guerra, trauma y violencia que emergen desde adentro, que se expresan en el colectivo.
En estos meses las estrellas nos invitan a palear la dureza de la auto- exigencia acusadora y despiadada con un voto de confianza y apoyo incondicional a nuestra vulnerabilidad. Este voto es una promesa de no traicionarnos a través del control de nuestro perfeccionismo. Este voto es una afirmación de que deseamos y merecemos mirarnos y sentirnos con benevolencia y compasión. Esto no implica un camino de auto-indulgencia complaciente mediante la cual no asumimos responsabilidad por las realidades que habitamos. Esto sería escapar del sentir. Es cuando sentimos profundamente el costo de nuestra inconsciencia e ignorancia que podemos empezar a corregirnos. Muchas veces la realización de este sentir es tan devastadora y dolorosa que preferimos recurrir a los trucos anestesiantes del pasado : rigidez y control autoritario, desenfreno en el consumo de alimentos y sustancias, distracciones inconscientes y auto-abuso y castigos, conquistas de éxito externo.
Que esta Luna nos convoque a honrar una promesa íntima y profunda de acompañarnos al corazón de lo que nos duele. Que nos inspire a sostenernos amorosamente mientras nuestras defensas y resistencias se desmontan. Que nos de la fuerza para practicar la benevolencia incondicional hacia nuestra historia y nuestro pasado, propio y compartido.
En este lugar nos podemos acompañar acercándonos más a la naturaleza, escribiendo y creando, durmiendo y reposando, relajándonos en estos paisajes internos para que las memorias que emergen afloren, se encausen y se integren. Para que las podamos acunar y mecer en el corazón del presente.
En estos meses las estrellas nos invitan a acercarnos a manos amigas, extensión de corazones resonantes con nuestra promesa de amor y apoyo incondicional hacia nosotras mismos. Nos invitan a poder reconocer cuándo necesitamos apoyo porque solos no podemos, y a pedirlo con claridad y trasparencia.
A veces solo necesitamos ser vistos y acogidos sin juicios ni exigencias en nuestro dolor o malestar. A veces solo necesitamos un abrazo compasivo testimonio de un alma recíproca que nos acoja sin juicio en la casa del cuido compartido.
A veces necesitamos más y reconocemos que ese apoyo o ayuda merece un acompañamiento más preciso. Atender nuestro malestar emocional pasa a menudo en encontrar la terapia, el proceso de sanación y el acompañamiento psíquico espiritual y emocional que nos ayude a ir hasta la raíz somática y reconstruir la base.
Bajo esta Luna llena y en los próximos meses las estrellas nos invitan a poner en marcha nuevas prácticas y hábitos que honren nuestras necesidades más íntimas. Poner en marcha pequeños cambios en nuestra manera de alimentarnos, en nuestros patrones de regeneración y descanso. Las energías planetarias nos convocan a ir hacia adentro y el primer paso para emprender este viaje es pausar, parar, reflexionar. Esta pausa ya es una manera de colaborar con las energías. Pausar del ruido. Pausar las distracciones. Pausar nuestro exceso de disponibilidad. Pausar la exigencia. Esta pausa es la voz de nuestro auto-cuido radical.
Paloma Todd
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