miércoles, 27 de febrero de 2019

Hay veces que necesitamos la desconexión incluso de nosotros mismos.
Hacer esa pausa que aminore las cargas, que nos haga reflexionar sobre lo que estamos haciendo y lo que verdaderamente necesitamos.
Sobre lo que nuestro cuerpo ejecuta pero que nuestra alma aclama.
Sobre lo que nuestras acciones hacen enmudecer a nuestro corazón y este se queda con tristezas guardadas, con frustraciones incrustadas, con lagrimas que nunca fluyen.

Ese es el momento sagrado para hacer una pausa. Y decidir en absoluta la verdad lo que se quiere, eliminar de nuestra vida lo que tanto daño nos causa, quitar el victimismo que nos acompaña y sembrar sólo la verdad, la que siempre hemos querido y anhelado.

Es momento de que te detengas,
Aléjate de quien te está causando tanto daño.
Elimina lo improductivo de tu vida.
Arriésgate por lo que quieres.
Deja el vicio y sal de esa zona de confort.

Apágate un momento y toma en cuenta que al encenderte de nuevo serás mucho más luminoso de lo que imaginas, el mayor error será seguir marchando sobre lo que acongoja, lo que no deja, lo que mata por dentro.

Aceptando tu obscuridad es también una forma de aprender a darle luz a tu existencia.

Que así sea.

🙏


No hay comentarios: