Emocionalmente Ovárica

QUÉ QUIERES DE MI

Dios mío,
Tú que das a los hombres
una vocación específica;
Qué quieres de mi...?

Ya no soy joven.
Sin embargo, no me quejo
de la vida.
Tengo sobrados motivos
para darte gracias
y para dar gracias también
a los que me rodean.

Amo y me aman.
Ayudo y me ayudan.
No soy un ser inútil
ni tampoco inválido.
No soy conflictivo
ni una persona malhumorada.
Felizmente amo la paz,
me esfuerzo por construirla.
Quiero conservarla en mi
y en mi familia.

Dime, Señor, qué puedo darte
en los últimos años de mi vida?
Qué puedo ofrecerte,
haciendo algo en bien de mi
prójimo?
En el silencio de mi corazón
me parece escuchar tu respuesta:
!Vive cada día!
Aprovecha cada minuto y
vivelo intensamente,
con optimismo,
viviendo lo bueno de cada cosa!
Que tu plenitud dé a otros el deseo
de llegar a viejos con la cabeza
blanca.