miércoles, 22 de julio de 2020

Vladimir Nabkov



Pequeña

rosa,

rosa pequeña,

a veces,

diminuta y desnuda,

parece

que en una mano mía

cabes,

que así voy a cerrarte

y a llevarte a mi boca,

pero

de pronto

mis pies tocan tus pies y mi boca tus labios,

has crecido,

suben tus hombros como dos colinas,

tus pechos se pasean por mi pecho,

mi brazo alcanza apenas a rodear la delgada

línea de luna nueva que tiene tu cintura: (...)


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