Los eclipses suceden para empujar y empoderar tiempos de transformación. Para lograrla genuinamente es como todo: debemos conocer el fondo de las cuestiones, sino seguiremos tambaleándonos entre deseos fugaces y distracciones que vuelven menguante las ansiedades o, vaya contradicción, suavizan la propia incomodidad que nos da nuestra propia zona cómoda.
Por eso es muy importante tener consciencia de los procesos propios y como los relacionamos a lo que el Universo nos ofrece, porque por más que él haga todo por nosotros si no estamos lúcidos y despiertos nada sucederá. Es clave darnos el tiempo que necesitemos en escucharnos y asimilar, tenemos mucha info y hay que saber que hacer bien con ella. Hay que ver que nos sirve y que no, cuándo nos sirve y cuándo no. Nada es desechable, pero sí hay momentos para cada cosa y todo ese ordenamiento hacen a una transformación.
Los eclipses con toda su fuerza, ya sea con cobertura de Sol o Luna, fomentan ese discernimiento agilizando y estimulando a la glándula pineal. Por eso frente a estos eventos siempre tenemos momentos de profunda visión y claridad, aunque ocurran en el medio de un terremoto y aquella visión genere más y más movimientos.
El evento que nos espera el domingo 3 de noviembre nos llevará a las más hondas profundidades, con la intensidad y la pasión escorpiana como alma mater. Esa sirena salvaje o ese tiburón interior nos tendrán de las narices de aquí para allá si no tomamos conciencia de cuidarnos de nuestras propias reacciones. Siempre decimos que las lunaciones, todos los eventos astrales y sus energías, no suceden para castigarnos sino para todo lo contrario. Cada uno viene a poner a prueba lo que aprendimos en el suceso anterior. Y a la vez, si son de los que vienen trabajando bien consigo mismo y sus entornos, es para avanzar un poco más.
Enfrentarnos a las oscuridades nos abre la necesidad de encontrar urgente un halo de luz, y una vez encontrado fluir por allí. No hay un polo sin el otro.
Escorpio en su extremo por los suburbios emocionales se entrega a este eclipse y lunación entendiendo que es de esos inusuales por lo cual está frente a una oportunidad muy especial de regeneración, de elevación, de cambiar a un estado mejor.
Cuando decimos escorpio no hablamos solamente de los nativos allí, sino de todos, porque es una energía en común a todos que a cada uno nos exigirá algo diferente acorde adónde tenemos a los protagonistas en nuestra carta natal, pero el hecho en sí nos contempla a todos así que a aprovechar esta oportunidad que viene en sintonía con el eclipse anterior y una saga que culminará en el 2014 para bajar telones a lo loco y levantar los que mejor nos sientan con lo que somos hoy.
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