Es un tema común: todos hablamos de amor. ¿Y si nos ocupamos de las compatibilidades? Cada Signo, según su elemento, tiene ciertas características que se conectan mejor (o peor) con otros.
Podemos dividir a los Signos en los cuatro elementos que conforman el mundo material, representando cuatro formas en las que la energía se manifiesta, cuatro expresiones del todo, desde su forma más densa y pesada hasta la más inmaterial. Hay otras formas de energía, puesto que en el universo todo es energía, pero estas cuatro bastan para describir todo el amplio espectro de las manifestaciones físicas y psíquicas de los organismos. En Astrología, ellas se llaman triplicidades y son: el Fuego, la Tierra, el Agua y el Aire.
Las características de cada uno
Los Signos de Fuego: Aries-Leo-Sagitario
Son líderes natos, vitales, activos, apasionados, impulsivos, confían en sí mismos, se hacen notar. Son, además, impetuosos, orgullosos, sinceros, optimistas y dominantes. En su aspecto negativo, pueden caer en el orgullo, la impaciencia, la vehemencia y -en ciertos casos- resultar algo violentos, destructivos o inclinados a los excesos.
Los Signos de Tierra: Tauro-Virgo-Capricornio
Son constantes, prácticos, realistas y conservadores, cuidadosos en sus acciones, trabajadores, tienden a proteger y conservar lo que consiguen con esfuerzo y esmero. Muy responsables, meditan cuidadosamente sus decisiones antes de llevarlas a cabo. Pueden tender al exceso de materialismo.
Los Signos de Aire: Géminis-Libra-Acuario
Son comunicadores, gustan de razonar, debatir, planificar, proyectar, independientemente de concretar o no sus objetivos, que muchas veces es lo que les cuesta. Analítico, el Aire enfría los sentimientos y tienen dificultad para demostrarlos. Valoran la compatibilidad intelectual y aman la libertad.
Los Signos de Agua: Cáncer-Escorpio-Piscis
Son sensibles, emocionales, intuitivos, tienen inclinación a ser imaginativos y soñadores. Necesitan contención, les gusta proteger y ser protegidos pero no están cómodos con las personas excesivamente dominantes. Muy sensibles a ser influenciados, tienden a retraerse y a ocultar sus sentimientos, muchas veces por temor o timidez.
¿Cómo se relacionan entre sí?
De acuerdo al elemento al que pertenecen cada uno de los Signos observemos cómo interactúan entre ellos.
Fuego- Agua. No es una relación fácil, necesitan trabajar para entenderse. El ímpetu del Fuego, tiende a dañar los sentimientos del Agua, y a no entender su excesiva sensibilidad. El Agua apaga al Fuego y aunque el calor del vapor puede ser curativo y relajante, puede también quemar asfixiar y llegar hasta la ebullición.
Fuego- Aire. El Fuego le causa al Aire un efecto de inspiración y vitalidad que le encanta y lo hace siempre estar en constante actividad. Sin embargo, el Aire necesita mucha libertad y no le gusta la posible dominación de Fuego. Así como el Fuego necesita del Aire para vivir, en esta relación arderá la llama de la pasión y del amor dejándoles muchas cosas buenas a los dos.
Fuego-Tierra. El Fuego calienta a la Tierra con llamas de pasión e intensidad, mientras que la Tierra ofrece al Fuego la disciplina necesaria que se traducirá en estabilidad. La Tierra, sin dudas, puede contener el fuego, pero cuando ruge el fuego, temporalmente puede robar a la tierra de sus vivificantes nutrientes. Habrá una atracción relativamente rápida pero serias diferencias pueden aparecer más tarde.
Tierra–Agua. La Tierra y el Agua son compatibles tal como sucede en la naturaleza. Los rasgos estables y confiables de la Tierra complementan los rasgos sensibles, intuitivos y emocionales de los signos de agua.
Tierra-Aire. En función de su variabilidad, el aire puede proporcionar a la Tierra amor, calor… O darle un frío glacial. A veces puede ser una lucha denodada de la Tierra para que entre el Aire a ver el mundo tal como es -una hermosa realidad- más que un concepto a analizar.
Aire-Agua. No es una combinación favorable. El Aire y el Agua se combinan mal en la naturaleza al formar destructivos desastres naturales como tornados, huracanes y tsunamis. Estos dos signos pueden estar juntos siempre y cuando sean capaces de no dejar que los conflictos se salgan de control.
Compartir el mismo elemento denota complementación entre dos personas. Y puede ser muy estimulante para ambos: la relación entre los mismos elementos hace que entre ellos se ayuden y vean el mundo de una manera semejante. Las mismas fortalezas y debilidades básicas están a menudo presentes en las relaciones en las que el Sol está presente en el mismo elemento y eso denota una cierta dinámica de monotonía.
Fuego-Fuego. Relación intensa y apasionada. Ambas personas se estimulan para desarrollar su individualidad, se dan empuje mutuamente, comparten actividades que les ayudan a expandirse.
Aire- Aire. Libertad absoluta, jamás caerán en el aburrimiento. Dos Signos de Aire pueden ser poco prácticos, aunque se encuentren entre sí intelectualmente estimulante. La relación se basa en la comunicación y en la confianza.
Tierra-Tierra. Una relación honesta, armónica y leal, tienden a apreciar su mutua necesidad de estabilidad y rutina.
Agua-Agua. Con otro signo de agua tienden a ser muy sensibles a las necesidades de cada uno, pero les resulta difícil cuando hay algo que trastorna sus emociones porque tienden a unirse tanto que a veces pierden sus propias identidades.
Si los Signos de la pareja son iguales, aunque tienen muchas cosas en común, muchas veces, con el tiempo, la falta de diferencias podría significar poco estímulo y desmotivación.
Si los Signos de las parejas son opuestos, la atracción inicial es fuerte, las diferencias generan pasión y, con el tiempo, desgaste. Sin embargo, habrá que respetarlas haciendo crecer afinidades para lograr la armonía.
Fuente: Patricia Kesselman
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