martes, 29 de julio de 2014

En la imagen vemos una sirena, ser acuático conectado con sus emociones, que está en el aire, usando su mente también, y está conectada con el foco y apuntando para poder dar un mensaje certero al Universo sobre sus deseos. En su corazón hay una estrella roja, palpitante y usa su osadía para animarse, su fuego interno. La concreción no tardará en llegar. Cuando unimos corazón, mente, espíritu, y acción, todo nos sale. Es cuestión de apuntar bien y saber qué deseamos realmente. Si los deseos no tienen corazón y sólo ego, no nos traerán felicidad. Los caprichos sólo llenan vacíos momentáneamente. Es aquello que tiene sustancia que nos alimenta, no el ego o los deseos de "lo veo, lo quiero, porque lo tienen todos". 


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