Vuela el vuelo de los ángeles caídos. Despiértate del orgullo que te ha adormecido, de la humildad que lentamente has perdido, asómate a las verdades que no sólo son las que tú has construido. Muéstrate sin tratar de agradar a nadie, ni siquiera al que tanto has querido. Se dura y fría, indiferente y cautiva, déjate llevar por tus sentencias desabidas que sólo yo, tu conciencia adormecida, le otorgará el indulto a tu decisión arrepentida.
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