¿Por qué uno escribe? ¿Será para ponerse a salvo? ¿Será para evitar la muerte? ¿Será para lograr que a uno lo amen? ¿Será para poder alcanzar cierto reconocimiento? ¿Será por cobardía o por narcisismo? ¿Será para seducir o para ser detestado? ¿Será para alcanzar el cielo y el infierno al mismo tiempo? ¿Será para amar u odiar, para ser libre o esclavo, para rebelarse o aceptar? ¿Será para comunicarse expresando o para aislarse con su propia y arbitraria verdad? ¿Será para trascender y no pasar desapercibido? ¿Será para olvidar que uno vive en una realidad ficticia? ¿O acaso será para que la única realidad real viva en la mente del que lee lo que otro escribe?
Las emociones giran por miles de motivos. Uno de ellos, nuestra condición humana.
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