Como golondrinas amantes
sellamos nuestro amor
con labios de tierra.
Perfumamos la hierba con las manos;
el resplandor de las flores.
Se enraíza el olvido.
Una cortina incolora
lo cubre de ojos lluviosos.
Desabrochamos ventanas,
pestillos de noches insonoras.
Se inunda nuestra alcoba de relojes.
El tintineo de las agujas
erige burbujas de corazones.
Bajo las sábanas
el tiempo nos devora.
(M.J. inédito)
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