domingo, 5 de octubre de 2014

Tardes solitarias,
cafés amargos; extraños
en escaparates de dos caras.
Sudor de vidrio,
multitud de siluetas de espaldas.
Existe otra pared; detrás,
la indiferencia del miedo.
Este invierno es de añoranzas.
Hay pensamientos amarillos;
mercaderes comercian con el aire,
mosquitos construyen rascacielos
de papel de estraza.
Las nubes lloran
en las bocas de los ahogados.
Siempre ganan las batallas
quienes no tienen sangre que derramar,
siempre ganan las batallas los gusanos.
(M. J. inédito)


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