miércoles, 17 de diciembre de 2014

Esa tarde estaba fresco. Te acordás. Vos no querías. Yo sí. Y de tanto insistir, te animaste. Hoy es el futuro de aquel momento. Te imaginabas qué iba ser de nosotros. Es raro el presente. Pasa tan rápido. Será por eso que nos quedamos tanto en el pasado. Viviendo ese instante en el que fuiste hasta la orilla y dejaste que el mar cubriera tus pies. Recuerdo mucho lo que me dijiste ese día. Vos… ¿te acordás? Bueno, yo si. Y, como sabés, no soy lo que se dice una persona memoriosa. Pero pasa. Pasa que de pronto olvidamos lo importante y por razones inexplicables, lo superfluo late constante y vívido en nosotros. Cuando te veo, te huelo. Siempre nace en mí esa fragancia a durazno. Esa que vive en tu cuello cuando me acerco. Ayer sos tan bonita…


W.R.



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