Los días previos a la Luna Llena en Géminis, los tránsitos de Marte y Mercurio han activado la energía de la Cruz Mutable protagonizada por la primera de tres cuadraturas entre Neptuno en Piscis y Saturno en Sagitario. Esta primera cuadratura será exacta este jueves 26, día siguiente a la Luna llena. La Cruz Mutable es la cruz que forman los cuatro signos mutables de la rueda astrológica, Géminis (aire), Virgo (tierra), Sagitario (fuego) y Piscis (agua) .
El tránsito de la Luna nueva en Escorpio a la Luna llena en Géminis ha sido probablemente uno de los pasajes más intensos relativos al cambio de paradigma que estamos experimentando y gestando. Estas pasadas dos semanas han revelado y han visibilizado algo importante. Este es el paisaje de las cuadraturas de Neptuno en Piscis y Saturno en Sagitario; este es el paisaje de la oposición de Chirón en Piscis y Júpiter en Virgo; y este es el paisaje del cambio de los Nodos Lunares al eje de Virgo y Piscis. Estamos entrando en la energía de la Cruz Mutable. Esta energía nos acompaña todo el año 2016 y parte del 2017.
El pasado mes de Junio, Neptuno comenzó un ciclo de retrogradación que culminó unos días después de la Luna nueva en Escorpio. Neptuno, ahora directo, vuelve a transitar por los grados recorridos entre Junio y la semana pasada. Lo experimentado en los pasados seis meses se revela ahora bajo otra luz, desde otro punto de vista. Un cambio de visión o un cambio de foco, nos permite ver una situación con otros ojos. Nuestra perspectiva puede estar ampliándose y nos podemos encontrar participando en un juego más complejo, más abierto, más creativo y a la vez más confuso.
Al haber una mayor perspectiva, al abrirse la amplitud de nuestra percepción, nuevas realidades se visibilizan, nuevas potencialidades y múltiples caminos se presentan. Es probable que esta amplificación de la visión también nos permita ver lo que antes estaba oculto, velado. Lo que hasta ahora vivimos con ambigüedad, ya sea por falta de información, ya sea por miedo, ahora se aclara, se define. Tal vez lo que vemos no nos guste, nos asuste, y nos desafíe a definirnos, a posicionarnos. Neptuno nos enfrenta a la mentira y el engaño, el propio y el ajeno. Este puede ser un tiempo de grandes engaños y grandes desengaños. También puede ser un tiempo confuso a la hora de intentar definirnos o posicionarnos, de ahí la dificultad en tomar decisiones y elegir. Para los navegantes creativos, este también es un tiempo de oportunidades mágicas y sincrónicas de belleza y sutil afinamiento de un estado esencial de relajación y paz. Lo importante es emprender estos vuelos creativos con los pies bien puestos en la Tierra, bien anclados en nuestro cuerpo.
Para quien sabe escuchar los mensajes sutiles de la Luna, las preguntas hechas en Luna nueva, reciben respuesta en Luna llena. Dentro de la narrativa de Neptuno, es posible que estas respuestas tomen dimensiones místicas y transcendentales. Una realización de grandes dimensiones muestra un paisaje que nos puede llevar del encanto al terror en cuestión de segundos. Esta es la energía mutable : un momento es una cosa, al otro otra. Las verdades confluyen. Vemos la verdad de la mentira y a mentira de la verdad. El llamado es a la flexibilidad y la apertura ante preguntas existenciales y sus múltiples respuestas. ¿porqué vivimos? ¿ estamos en un sueño o una pesadilla? ¿estamos dormidos o despiertos? ¿vivos o muertos?
La cuadratura de Neptuno y Saturno nos habla de la disolución progresiva de algún aspecto de nuestra rigidez mental y espiritual. Cuanto más aferrados estemos a una doctrina, un punto de vista, una creencia, una lealtad, una obediencia, cuanto más nos aferremos a una interpretación, a un guión específico de la realidad, más desafiante puede ser la energía de la Cruz Mutable.
Estas cuadraturas entre Neptuno y Saturno nos habla de una pérdida de la inocencia, de una realización del alto costo de nuestra ingenuidad e idealismo. Para muchos la película de nuestra vida ya no corresponde al guión de la verdad que emerge desde nuestro interior. El desfase entre nuestra realidad interna y nuestra realidad externa revela el cambio, el ajuste, la corrección y el alineamiento que está en curso. Este puede ser un pasaje duro en la medida que los puntos de referencias que nos han dado seguridad hasta ahora, sean espirituales, económicos, culturales y sociales, se disuelven, se esfuman. Los límites se difuminan y nuestra mente intenta agarrarse a algún punto de referencia familiar. De ahí el peligro de la rigidez, el dogma y el autoritarismo como respuesta al caos de la disolución.
Lo recomendable es poner nuestro foco en acallar la mente para que podamos sentir en nuestro cuerpo la verdad que se revela y traspasar este mar de confusión. Este proceso de escucha del cuerpo, de escucha de nuestro corazón encarnado en nuestro cuerpo, de escucha de nuestra visceralidad, de nuestra intuición, de nuestra verdad profunda, se abre paso como bandera blanca en la guerra. Si sentimos una batalla en nuestro interior; si sentimos un conflicto de lealtades; si nos sentimos llamados a servir una causa pero no tenemos la fuerza , el ánimo ni la voluntad para llevarlo a cabo, es tiempo de levantar bandera. Si nos sentimos en deuda, si hacemos las cosas por sacrificio, deber y obligación; si no logramos deshacer los nudos que nos atan a creencias, situaciones y personas determinadas, es tiempo de levantar bandera. Si necesitamos tiempo para nosotros, si sentimos que tenemos que luchar por nuestro tiempo para crear y para disfrutar, es tiempo de levantar bandera. Si sentimos culpa o vergüenza por expresar nuestra verdad y deseo, es tiempo de levantar bandera y tomarnos nuestro tiempo para sentirnos, ser y elegir con consciencia.
Esta Luna está gobernada por Mercurio que está en conjunción con el Sol y Saturno en Sagitario. Esta es una Luna de Aire Mutable. Nuestra energía mental está agitada, atormentada, sobrecargada. El tono de esta Luna es de dureza, exigencia, y de vientos devastadores. El tono de esta Luna es de cuidarse y tomar refugio. No desde el miedo, sino desde la precaución, el cuido. Estamos caminando un territorio muy delicado, que requiere atención al cuerpo, a la práctica, al detalle. Que requiere atención a la intención, a la mente y a la palabra. Así como no iríamos sin abrigo en invierno, sin agua en el desierto, sin cobijo durante la tormenta, es importante en estos tiempo reconocer cuales son nuestras medidas de autocuidado y nuestras limitaciones, honrarlas y respetarlas. Las tormentas y durezas mentales nos separan del cuerpo y del corazón. Es importante recordar nuestro bienestar, tomarnos el tiempo para integrar y asentar la información que recibimos en el cuerpo, en el anclaje de nuestra cotidianidad, de nuestras tareas, de nuestro día a día. Ahí encontraremos el pulso de nuestro bienestar y de nuestro amor en acción.
Neptuno agranda estas tormentas mentales y nos lleva a bogar vientos y mares muy antiguos, memorias ancestrales de castigo, violencia, catástrofes, guerras, pérdida y trauma que proyectamos y experimentamos en el hoy. Estamos viviendo un largo y profundo proceso de sanación de alma. La oposición entre Chirón en Piscis y Júpiter en Virgo nos puede mostrar la desproporción entre el detonante de la herida en el presente y la herida que se abre con raíces infinitas en el pasado. Puede haber una disolución de los márgenes de la temporalidad como la hemos experimentado hasta ahora.
El tiempo está cambiando. No es el mismo. Podemos viajar en el tiempo para sanar y liberar los traumas antiguos que están siendo detonados por los eventos en el hoy. Así como un dolor antiguo emerge en nuestra memoria, también podemos, desde el poder del hoy, transformar y liberar estas memorias. Para honrar y apoyar este proceso necesitamos atender y escuchar nuestro cuerpo, tiempo, templo.
La energía de Neptuno va más allá de lo transpersonal, es trans-humano, nos abre a la multiplicidad dimensional de nuestro mundo. Nos habla de otros mundos. Este territorio es confuso, por no decir caótico y aterrador. Es lo que en occidente llaman esquizofrenia, o brotes psicóticos, o otras etiquetas que estigmatizan estas expresiones como marginales y no adecuadas. Síntomas que en otras tradiciones son reconocidos como un despertar místico; o el llamado de nuestra medicina a servir; o el llamado del Espíritu a servir de canal para apoyar a otros en su proceso de sanación. Neptuno está todavía a medio camino por Piscis. Cuando complete este ciclo de 15 años, todos seremos videntes, psíquicos y médiums.
Cada uno de nosotros, desde su realidad, desde su sentir, desde su corazón, está llamado a Sentir la Verdad de este llamado de disolución psíquica y mental que estamos experimentando. Las fronteras se nublan y las durezas emergen como guardianas de miedos antiguos y prohibiciones ancestrales. La magia está a nuestra disposición. Y Géminis nos previene y nos pide precaución con relación al poder de nuestro pensamientos para crear nuestra magia. El proceso de transformación al cual nos invita la Cruz Mutable tiene que ver con Ser la Medicina. Estamos recordando como ser medicina y cómo hacer magia medicina y no magia enfermedad.
Géminis es el signo del Mago. El mago que siempre tiene dos caminos ante sí. El claro y el oscuro. El mago es el que conoce la potencia y los peligros de la alquimia de la dualidad. Es el que sabe diferenciar la línea sutil que separa los venenos de la medicina. ¿creamos magia negra o magia blanca? ¿a quién sirve nuestra mente? ¿quién controla nuestros pensamientos? ¿quién piensa cuando pensamos?
El Primer Acuerdo Tolteca nos habla de ser impecables con la palabra. Un sabio consejo que nos recuerda los mundos que creamos con la palabra. Un recordatorio de lo sagrada que es nuestra palabra, dicha, sentida o pensada. Las palabras que nos habitan y que no decimos. Las que decimos y encubren lo que nos habita. Las que decimos sin conciencia. Las que decimos y hieren. Las que decimos y liberan.
Lo que no se nombra no existe. Para romper un hechizo hay que poder nombrar lo oculto, lo no dicho. Este es un tiempo para observar cómo y cuándo nuestra palabra está hechizada. Cuánto callamos, cuánto vemos y no decimos. Es un tiempo para observar la medicina o el veneno de nuestra palabra y de nuestro pensamiento.
La visión de Neptuno se expande y nos permite poner ojos donde antes habían velos. La visión no crea mundos. Es la palabra la que encarna la visión, la que se ancla en el Éter de la Tierra, y manifiesta. Este es un buen momento para observar dónde nos sentimos en confianza para entregar nuestra palabra desde el corazón. Es un buen momento para ver cuándo y con quién se nos traba la lengua y no somos sinceros. Es un buen momento para observar el silencio que hiere y violenta porque nos niega la expresión de nuestra verdad, nos niega la creación de nuestro mundo. Este es un buen tiempo para observar si nos sentimos atrapados en el mundo de otros, en la palabra de otros, e interrogar si este es nuestro lugar, si hemos elegido conscientemente estar ahí.
El rezo es nuestra palabra elevada al corazón del Cielo desde el corazón de la Tierra para crear un mundo de Paz y de Unión. Esta es la Medicina que nos pide estos tiempos : ser Guardianes de la Palabra Creadora de la Paz. Una palabra que sana y libera de la cárcel y el hechizo. La revelación de esta Luna también nos puede mostrar una herida profunda en el corazón de nuestra palabra. Una herida que se abre para ser acogida en el Fuego de la Verdad al que el Sol en Sagitario nos inspira y nos convoca a honrar. Saturno nos habla de palabras exigentes, palabras de juicio, palabras de crítica, palabras destructivas, palabras de guerra. El llamado es a cuidar los mundos que creamos, y los mundos en lo que participamos, a través de una palabra sanadora, limpia, pura y consciente.
Para muchos la herida está abierta de par en par. Chirón en Piscis, en oposición a Júpiter en Virgo, nos está iniciando en la conciencia del trabajo con el dolor. El dolor físico y emocional se moviliza profundamente para liberarse y curarse. Lo que parece un proceso de años de conciencia y liberación ha intensificado sus raíces para mostrarnos mundos olvidados. Este tránsito, que nos acompaña hasta el año que viene, nos ofrece una oportunidad de colaborar con el desprendimiento de este cuerpo de dolor con amor y conciencia, en nuestro día a día. Esta Luna nos invita a nombrar este camino, a compartirlo, a abrir nuestra verdad e intercambiar nuestra medicina. Nuestro proceso de sanación consciente es nuestra medicina.
El Nodo Norte de la Luna en Virgo nos muestra que la salida liberadora de la rueda del sufrimiento, de la disolución de las deudas heredadas o adquiridas, pasa por nuestra salud, por nuestra atención al detalle, al cuido pragmático de nuestra conciencia encarnada en materia. Somos guardianes de la sabiduría sagrada del misterio hecho cuerpo consciente. Nuestra verdad, nuestra medicina, está en nuestro cuerpo. Nuestra tarea es cuidarla. Como terapeutas, como chamanes, como artistas, como médicos, como maestros, como místicos, podemos “llevar la medicina”, pero si esta medicina nos está alquimizada por la verdad y la coherencia de nuestra práctica, está separada de nosotros. Nuestra prédica y nuestra práctica se entretejen con integridad cuando más que llevar la medicina, somos la medicina.
La energía de Neptuno nos habla de energías tóxicas y parasitarias, de los venenos a los que estamos expuestos. Venenos mentales y emocionales que consumimos a través de los medios, la imágenes y la propaganda. Venenos espirituales que nos venden salidas y escapadas fáciles de la realidad y que se alimentan de nuestra energía, creencias y fe. Venenos químicos que consumimos a través de los alimentos que ingerimos, el aire que respiramos. La brújula de estos tiempos nos la da Virgo. Virgo nos pide que limpiemos la casa, templo, cuerpo, avatar que somos. Nos pide orden, sencillez, simplicidad. Nos pide atención al detalle.
En tiempo de grandes cambios la pregunta nos lleva a resignificar nuestras creencias más profundas ¿quiénes somos?¿qué es ser humanos? Las diferentes versiones a esta pregunta nos ha llevado a la separación y a la guerra. No estamos de acuerdo sobre la versión de los hechos. Esta es una realidad global.
Nuestro cuerpo puede tener una respuesta a estas preguntas en la medida que nuestra relación con nuestro cuerpo refleja nuestro vínculo con la vida. La verdad de la vida es nuestro cuerpo. En medio de la rueda giratoria del cambio, en medio de la tormenta del dolor y la confusión, tenemos en nuestro cuerpo y su cuido, un eje, un centro, un refugio, un aliado, un camino. Nuestro cuerpo es nuestra medicina.
El tránsito de la Luna nueva en Escorpio a la Luna llena en Géminis ha sido probablemente uno de los pasajes más intensos relativos al cambio de paradigma que estamos experimentando y gestando. Estas pasadas dos semanas han revelado y han visibilizado algo importante. Este es el paisaje de las cuadraturas de Neptuno en Piscis y Saturno en Sagitario; este es el paisaje de la oposición de Chirón en Piscis y Júpiter en Virgo; y este es el paisaje del cambio de los Nodos Lunares al eje de Virgo y Piscis. Estamos entrando en la energía de la Cruz Mutable. Esta energía nos acompaña todo el año 2016 y parte del 2017.
El pasado mes de Junio, Neptuno comenzó un ciclo de retrogradación que culminó unos días después de la Luna nueva en Escorpio. Neptuno, ahora directo, vuelve a transitar por los grados recorridos entre Junio y la semana pasada. Lo experimentado en los pasados seis meses se revela ahora bajo otra luz, desde otro punto de vista. Un cambio de visión o un cambio de foco, nos permite ver una situación con otros ojos. Nuestra perspectiva puede estar ampliándose y nos podemos encontrar participando en un juego más complejo, más abierto, más creativo y a la vez más confuso.
Al haber una mayor perspectiva, al abrirse la amplitud de nuestra percepción, nuevas realidades se visibilizan, nuevas potencialidades y múltiples caminos se presentan. Es probable que esta amplificación de la visión también nos permita ver lo que antes estaba oculto, velado. Lo que hasta ahora vivimos con ambigüedad, ya sea por falta de información, ya sea por miedo, ahora se aclara, se define. Tal vez lo que vemos no nos guste, nos asuste, y nos desafíe a definirnos, a posicionarnos. Neptuno nos enfrenta a la mentira y el engaño, el propio y el ajeno. Este puede ser un tiempo de grandes engaños y grandes desengaños. También puede ser un tiempo confuso a la hora de intentar definirnos o posicionarnos, de ahí la dificultad en tomar decisiones y elegir. Para los navegantes creativos, este también es un tiempo de oportunidades mágicas y sincrónicas de belleza y sutil afinamiento de un estado esencial de relajación y paz. Lo importante es emprender estos vuelos creativos con los pies bien puestos en la Tierra, bien anclados en nuestro cuerpo.
Para quien sabe escuchar los mensajes sutiles de la Luna, las preguntas hechas en Luna nueva, reciben respuesta en Luna llena. Dentro de la narrativa de Neptuno, es posible que estas respuestas tomen dimensiones místicas y transcendentales. Una realización de grandes dimensiones muestra un paisaje que nos puede llevar del encanto al terror en cuestión de segundos. Esta es la energía mutable : un momento es una cosa, al otro otra. Las verdades confluyen. Vemos la verdad de la mentira y a mentira de la verdad. El llamado es a la flexibilidad y la apertura ante preguntas existenciales y sus múltiples respuestas. ¿porqué vivimos? ¿ estamos en un sueño o una pesadilla? ¿estamos dormidos o despiertos? ¿vivos o muertos?
La cuadratura de Neptuno y Saturno nos habla de la disolución progresiva de algún aspecto de nuestra rigidez mental y espiritual. Cuanto más aferrados estemos a una doctrina, un punto de vista, una creencia, una lealtad, una obediencia, cuanto más nos aferremos a una interpretación, a un guión específico de la realidad, más desafiante puede ser la energía de la Cruz Mutable.
Estas cuadraturas entre Neptuno y Saturno nos habla de una pérdida de la inocencia, de una realización del alto costo de nuestra ingenuidad e idealismo. Para muchos la película de nuestra vida ya no corresponde al guión de la verdad que emerge desde nuestro interior. El desfase entre nuestra realidad interna y nuestra realidad externa revela el cambio, el ajuste, la corrección y el alineamiento que está en curso. Este puede ser un pasaje duro en la medida que los puntos de referencias que nos han dado seguridad hasta ahora, sean espirituales, económicos, culturales y sociales, se disuelven, se esfuman. Los límites se difuminan y nuestra mente intenta agarrarse a algún punto de referencia familiar. De ahí el peligro de la rigidez, el dogma y el autoritarismo como respuesta al caos de la disolución.
Lo recomendable es poner nuestro foco en acallar la mente para que podamos sentir en nuestro cuerpo la verdad que se revela y traspasar este mar de confusión. Este proceso de escucha del cuerpo, de escucha de nuestro corazón encarnado en nuestro cuerpo, de escucha de nuestra visceralidad, de nuestra intuición, de nuestra verdad profunda, se abre paso como bandera blanca en la guerra. Si sentimos una batalla en nuestro interior; si sentimos un conflicto de lealtades; si nos sentimos llamados a servir una causa pero no tenemos la fuerza , el ánimo ni la voluntad para llevarlo a cabo, es tiempo de levantar bandera. Si nos sentimos en deuda, si hacemos las cosas por sacrificio, deber y obligación; si no logramos deshacer los nudos que nos atan a creencias, situaciones y personas determinadas, es tiempo de levantar bandera. Si necesitamos tiempo para nosotros, si sentimos que tenemos que luchar por nuestro tiempo para crear y para disfrutar, es tiempo de levantar bandera. Si sentimos culpa o vergüenza por expresar nuestra verdad y deseo, es tiempo de levantar bandera y tomarnos nuestro tiempo para sentirnos, ser y elegir con consciencia.
Esta Luna está gobernada por Mercurio que está en conjunción con el Sol y Saturno en Sagitario. Esta es una Luna de Aire Mutable. Nuestra energía mental está agitada, atormentada, sobrecargada. El tono de esta Luna es de dureza, exigencia, y de vientos devastadores. El tono de esta Luna es de cuidarse y tomar refugio. No desde el miedo, sino desde la precaución, el cuido. Estamos caminando un territorio muy delicado, que requiere atención al cuerpo, a la práctica, al detalle. Que requiere atención a la intención, a la mente y a la palabra. Así como no iríamos sin abrigo en invierno, sin agua en el desierto, sin cobijo durante la tormenta, es importante en estos tiempo reconocer cuales son nuestras medidas de autocuidado y nuestras limitaciones, honrarlas y respetarlas. Las tormentas y durezas mentales nos separan del cuerpo y del corazón. Es importante recordar nuestro bienestar, tomarnos el tiempo para integrar y asentar la información que recibimos en el cuerpo, en el anclaje de nuestra cotidianidad, de nuestras tareas, de nuestro día a día. Ahí encontraremos el pulso de nuestro bienestar y de nuestro amor en acción.
Neptuno agranda estas tormentas mentales y nos lleva a bogar vientos y mares muy antiguos, memorias ancestrales de castigo, violencia, catástrofes, guerras, pérdida y trauma que proyectamos y experimentamos en el hoy. Estamos viviendo un largo y profundo proceso de sanación de alma. La oposición entre Chirón en Piscis y Júpiter en Virgo nos puede mostrar la desproporción entre el detonante de la herida en el presente y la herida que se abre con raíces infinitas en el pasado. Puede haber una disolución de los márgenes de la temporalidad como la hemos experimentado hasta ahora.
El tiempo está cambiando. No es el mismo. Podemos viajar en el tiempo para sanar y liberar los traumas antiguos que están siendo detonados por los eventos en el hoy. Así como un dolor antiguo emerge en nuestra memoria, también podemos, desde el poder del hoy, transformar y liberar estas memorias. Para honrar y apoyar este proceso necesitamos atender y escuchar nuestro cuerpo, tiempo, templo.
La energía de Neptuno va más allá de lo transpersonal, es trans-humano, nos abre a la multiplicidad dimensional de nuestro mundo. Nos habla de otros mundos. Este territorio es confuso, por no decir caótico y aterrador. Es lo que en occidente llaman esquizofrenia, o brotes psicóticos, o otras etiquetas que estigmatizan estas expresiones como marginales y no adecuadas. Síntomas que en otras tradiciones son reconocidos como un despertar místico; o el llamado de nuestra medicina a servir; o el llamado del Espíritu a servir de canal para apoyar a otros en su proceso de sanación. Neptuno está todavía a medio camino por Piscis. Cuando complete este ciclo de 15 años, todos seremos videntes, psíquicos y médiums.
Cada uno de nosotros, desde su realidad, desde su sentir, desde su corazón, está llamado a Sentir la Verdad de este llamado de disolución psíquica y mental que estamos experimentando. Las fronteras se nublan y las durezas emergen como guardianas de miedos antiguos y prohibiciones ancestrales. La magia está a nuestra disposición. Y Géminis nos previene y nos pide precaución con relación al poder de nuestro pensamientos para crear nuestra magia. El proceso de transformación al cual nos invita la Cruz Mutable tiene que ver con Ser la Medicina. Estamos recordando como ser medicina y cómo hacer magia medicina y no magia enfermedad.
Géminis es el signo del Mago. El mago que siempre tiene dos caminos ante sí. El claro y el oscuro. El mago es el que conoce la potencia y los peligros de la alquimia de la dualidad. Es el que sabe diferenciar la línea sutil que separa los venenos de la medicina. ¿creamos magia negra o magia blanca? ¿a quién sirve nuestra mente? ¿quién controla nuestros pensamientos? ¿quién piensa cuando pensamos?
El Primer Acuerdo Tolteca nos habla de ser impecables con la palabra. Un sabio consejo que nos recuerda los mundos que creamos con la palabra. Un recordatorio de lo sagrada que es nuestra palabra, dicha, sentida o pensada. Las palabras que nos habitan y que no decimos. Las que decimos y encubren lo que nos habita. Las que decimos sin conciencia. Las que decimos y hieren. Las que decimos y liberan.
Lo que no se nombra no existe. Para romper un hechizo hay que poder nombrar lo oculto, lo no dicho. Este es un tiempo para observar cómo y cuándo nuestra palabra está hechizada. Cuánto callamos, cuánto vemos y no decimos. Es un tiempo para observar la medicina o el veneno de nuestra palabra y de nuestro pensamiento.
La visión de Neptuno se expande y nos permite poner ojos donde antes habían velos. La visión no crea mundos. Es la palabra la que encarna la visión, la que se ancla en el Éter de la Tierra, y manifiesta. Este es un buen momento para observar dónde nos sentimos en confianza para entregar nuestra palabra desde el corazón. Es un buen momento para ver cuándo y con quién se nos traba la lengua y no somos sinceros. Es un buen momento para observar el silencio que hiere y violenta porque nos niega la expresión de nuestra verdad, nos niega la creación de nuestro mundo. Este es un buen tiempo para observar si nos sentimos atrapados en el mundo de otros, en la palabra de otros, e interrogar si este es nuestro lugar, si hemos elegido conscientemente estar ahí.
El rezo es nuestra palabra elevada al corazón del Cielo desde el corazón de la Tierra para crear un mundo de Paz y de Unión. Esta es la Medicina que nos pide estos tiempos : ser Guardianes de la Palabra Creadora de la Paz. Una palabra que sana y libera de la cárcel y el hechizo. La revelación de esta Luna también nos puede mostrar una herida profunda en el corazón de nuestra palabra. Una herida que se abre para ser acogida en el Fuego de la Verdad al que el Sol en Sagitario nos inspira y nos convoca a honrar. Saturno nos habla de palabras exigentes, palabras de juicio, palabras de crítica, palabras destructivas, palabras de guerra. El llamado es a cuidar los mundos que creamos, y los mundos en lo que participamos, a través de una palabra sanadora, limpia, pura y consciente.
Para muchos la herida está abierta de par en par. Chirón en Piscis, en oposición a Júpiter en Virgo, nos está iniciando en la conciencia del trabajo con el dolor. El dolor físico y emocional se moviliza profundamente para liberarse y curarse. Lo que parece un proceso de años de conciencia y liberación ha intensificado sus raíces para mostrarnos mundos olvidados. Este tránsito, que nos acompaña hasta el año que viene, nos ofrece una oportunidad de colaborar con el desprendimiento de este cuerpo de dolor con amor y conciencia, en nuestro día a día. Esta Luna nos invita a nombrar este camino, a compartirlo, a abrir nuestra verdad e intercambiar nuestra medicina. Nuestro proceso de sanación consciente es nuestra medicina.
El Nodo Norte de la Luna en Virgo nos muestra que la salida liberadora de la rueda del sufrimiento, de la disolución de las deudas heredadas o adquiridas, pasa por nuestra salud, por nuestra atención al detalle, al cuido pragmático de nuestra conciencia encarnada en materia. Somos guardianes de la sabiduría sagrada del misterio hecho cuerpo consciente. Nuestra verdad, nuestra medicina, está en nuestro cuerpo. Nuestra tarea es cuidarla. Como terapeutas, como chamanes, como artistas, como médicos, como maestros, como místicos, podemos “llevar la medicina”, pero si esta medicina nos está alquimizada por la verdad y la coherencia de nuestra práctica, está separada de nosotros. Nuestra prédica y nuestra práctica se entretejen con integridad cuando más que llevar la medicina, somos la medicina.
La energía de Neptuno nos habla de energías tóxicas y parasitarias, de los venenos a los que estamos expuestos. Venenos mentales y emocionales que consumimos a través de los medios, la imágenes y la propaganda. Venenos espirituales que nos venden salidas y escapadas fáciles de la realidad y que se alimentan de nuestra energía, creencias y fe. Venenos químicos que consumimos a través de los alimentos que ingerimos, el aire que respiramos. La brújula de estos tiempos nos la da Virgo. Virgo nos pide que limpiemos la casa, templo, cuerpo, avatar que somos. Nos pide orden, sencillez, simplicidad. Nos pide atención al detalle.
En tiempo de grandes cambios la pregunta nos lleva a resignificar nuestras creencias más profundas ¿quiénes somos?¿qué es ser humanos? Las diferentes versiones a esta pregunta nos ha llevado a la separación y a la guerra. No estamos de acuerdo sobre la versión de los hechos. Esta es una realidad global.
Nuestro cuerpo puede tener una respuesta a estas preguntas en la medida que nuestra relación con nuestro cuerpo refleja nuestro vínculo con la vida. La verdad de la vida es nuestro cuerpo. En medio de la rueda giratoria del cambio, en medio de la tormenta del dolor y la confusión, tenemos en nuestro cuerpo y su cuido, un eje, un centro, un refugio, un aliado, un camino. Nuestro cuerpo es nuestra medicina.
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