Hay tres fuentes de karma: personal, ancestral y colectivo. Los karmas personales resultan de los actos que hicieron o no hicieron en vidas pasadas. El karma ancestral se transmite a través de sus linajes de sangre. Los karmas colectivos son los desafíos que las nuevas generaciones de personas deben enfrentar para que se produzca la evolución.
En cada caso, el karma proporciona un ancla para que puedan arraigarse más profundamente en la naturaleza de su existencia, y un trampolín para que surja su destino óptimo en la tierra. El karma le da a su vida un tema de fondo. Les da consistencia entre lo que eran y lo que van a ser.
El karma no es más bueno o malo que lo es la física, es la ley fundamental de la existencia. Hechos que obraron o no obraron en su vida pasada, siguen vibrando en esta vida, ofreciéndoles fuertes hilos de un tapiz cósmico que apretar. Las luchas que sus ancestros enfrentaron burbujean en sus linajes. Los hilos kármicos necesarios para que se produzca la evolución cuelgan en la conciencia colectiva. Cuando Saturno pasa por Escorpio, cada una de estas tres ramas del karma se enciende, animándolos a agarrar los hilos sueltos y mezclarlos en un patrón más claro y apretado que los libere de la esclavitud a las fuerzas inconscientes.
El propósito del patrón kármico es seguir llevándolos de vuelta a las fuerzas raíces que deben transformar para catapultar su despertar. Los patrones kármicos se repiten de vida en vida y dentro del transcurso de una sola vida para llamar su atención. El momento de despertar en medio del patrón kármico produce una revelación. Como en una historia de misterio, las pistas estuvieron allí todo el tiempo, pero se requería excavar un poco más antes de poder ponerlas juntas en la revelación.
Hasta que obtienen esta revelación, a menudo no pueden reconocer que ustedes mismos crean la mayoría de sus propios patrones de toda la vida. Eventos y relaciones que parecían al azar, sin sentido o disfuncionales, ahora adquieren un consistente tema subyacente.
Cuando comprenden sus principales temas kármicos subyacentes, la misma presión que solía atarlos a la madera crujiente de una catapulta gigante, los lanza hacia la libertad. Las mismas fuerzas que los tenían atados, tiran de su alma hacia atrás como una flecha que espera que la suelten. La gran paradoja del karma es que es una forma muy poco-libre para liberarse. ¡Los mismos patrones disfuncionales que más los atrapan son su única oportunidad de libertad! Éste es el principio fundamental en juego en el karma – que cuando despiertan a sus patrones más imposibles, también están despertando a las raíces de su mayor felicidad y bienestar.
La libertad profunda resulta cuando no sólo crean un cambio en sus circunstancias externas, sino que aún más agudamente, sueltan las raíces de la disfunción que re-crearon una y otra vez hasta que despertaron.
Las personas que heredan los karmas más difíciles tienen la mayor capacidad de despertar. Las personas con menos karma tienen menos motivación para despertar. Ya sea que tengan mucho o poco, durante estas próximas dos décadas decisivas de la evolución humana, a todos se nos está empujando por el exprimidor kármico para tener claridad en cuanto a quiénes somos y qué estamos haciendo, tanto a nivel local como global. Éste es el mecanismo subyacente de lo que está haciendo la vida tan intensa en estos días – el karma humano se está acelerando para ofrecernos nuestra mayor oportunidad para despertar.
Durante los próximos tres años, mientras el gigante Saturno pase por el riguroso Escorpio, las lecciones kármicas se van a intensificar. Lo bueno será mejor, y lo malo, peor. Esto ya ha comenzado, pero se va a intensificar más.
Mientras el Señor del Karma va surcando la oscura guarida del escorpión, cada persona que despierta del trance de Normalidad se suma a la fuerza de un buldócer kármico colectivo, abriendo surcos en la oscura capa subyacente de la conciencia colectiva. Nuestro mundo, que ha estado tan descaminado durante tanto tiempo, se ilumina con un resplandor subterráneo. Todo lo que aún no esté bien con la sociedad moderna y todo lo que no sea acorde en sus propias vidas, va a regresar y regresar y regresar hasta que despierten a su papel en el gran drama de nuestros tiempos.
A todos aquellos cerca de los treinta y sesenta años los está empujando al servicio el Mando Galáctico, porque tenemos el poder escorpiónico para socavar este sistema falso que se ha apoderado de la conciencia humana como un tumor adictivo.
Con esta avalancha de karma viene nuestra mayor oportunidad para despertar. Es un truismo astrológico poco conocido que el signo más amoroso del zodiaco no es Cáncer ni Libra ni Tauro, sino Escorpio. Cuando Escorpio transmuta karma con el ardiente amor interior, gana el más poderoso tipo de amor que nunca puede volver a ser transgredido. A medida que todos nosotros aprendemos a convertir las pesadillas kármicas de nuestro tiempo en gracia, el alma del mundo se ilumina.
Aquí y ahora, en los tiempos finales de una civilización agonizante que se sacude, suspendida al borde de la destrucción, le damos un vuelco a la disfunción sólo para encontrar que estamos más cerca que nunca de la transformación.
Es verdad, no se puede confiar en nuestros líderes mundiales. Es verdad que la civilización occidental se está muriendo. La gente a cargo de nuestra política, educación y medios de comunicación deben despertar o quitarse de en medio. La normalidad se ha convertido en un trance adictivo y debe ser reemplazada por una fuerza emergente de conciencia radiante que vive dentro de cada uno de nosotros.
Si permiten que este aluvión kármico de Saturno en Escorpio los despoje de sus propias formas de pensamiento obsoletas y patrones disfuncionales durante los próximos tres años, van a darle un vuelco al mundo con el poder de Escorpio, y una nueva civilización se levantará de las cenizas de lo viejo.
¿Quién eres realmente? ¿Qué viniste a hacer aquí?
¿Cuánto tiempo más vas a esperar?
¡Adelante!
Fuente: Soy espiritual
https://33.media.tumblr.com/4340f0d3b8eea3115aaa39a86063b287/tumblr_mjnfo3dhlk1qblogmo1_500.gif
No hay comentarios:
Publicar un comentario