Quítate la ropa. Ponte cómodo. Inclina tu sillón de relax. Baja un poco las cortinas y apaga las luces que aún no ha anochecido. Ve hasta la cocina y sírvete un tequila doble, triple, hasta el borde del vaso. Enciende un cigarrillo y devóralo a bocanadas, pensando en su boca, en esos labios tan apetecibles. Piensa en ella, en esa mujer que no está tu lado y que debes esperar. Piensa en ella y de cómo te gustaría estar. Recuéstate en el sillón y escucha la música. No temas aunque sientas que todo está rompiéndose mal ahora y decídete a esperar la noche. La noche tendrá algo definitivo que decirte.
Fuente: Juan Marin
Fuente: Juan Marin
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