lunes, 11 de abril de 2016

Desaparecer

Bien. Ella se fue, dije en voz alta. 
Es hora de que hagamos algo, pensé al encender el cigarrillo. Pero qué hacer con este cielo nublado borroneado de blanco, qué hacer con mis huesos, con el extravío, con el miedo. Ella se fue. Huyó. Bien. Desapareció. Muy bien. Requetebien. 
Oscuro y anónimo, sentía por primera vez en el día la incomprensible, helada sensación de soledad. Tal vez porque me veía aburrido, inútil, sin saber qué hacer, intuyendo que el día ya estaba perdido. Que no haría nada bueno, salvo emborracharme y morir tranquilo en el sueño acostumbrado.
Va a volver. Estoy seguro que va a volver, pensé y comencé a llorar.

Juan Marin 


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