Es un campo electromagnético o de energía vital que envuelve a todo ser existente en nuestra naturaleza: seres humanos, animales y plantas, e incluso hasta los metales y minerales poseen un tipo de aura específica que los rodea.
El campo de fuerza energético del aura humana es producido por las distintas vibraciones y frecuencias que emanan de nuestro cuerpo a través de los distintos puntos energéticos o Chakras.
Se extiende casi 16 pulgadas fuera del cuerpo y puede ser visto no sólo por los llamados clarividentes, sino también por personas que se ejercitan debidamente para ello a través de la práctica y la concentración. Aquellos que la han visto, la describen como un halo de luz de colores que emana del cuerpo sin límite definido.
Los colores y la intensidad de los destellos del aura tienen un significado especial, pudiendo revelar aspectos positivos y negativos de la persona, situaciones de tensión o estrés y enfermedades, incluso antes de que se presenten los síntomas. El aura puede verse influenciada por el estado físico, mental y emocional de cada individuo.
Los tonos del aura no son como los colores ordinarios, suelen ser traslúcidos y con muchos matíces. Generalmente predominan uno o dos colores básicos, los cuales la mayoría de las veces constituyen los colores favoritos de esa persona. Una persona sana reflejará colores brillantes y nítidos en su campo energético, en cambio, una persona enferma o pasando por situaciones difíciles reflejará colores opacos, “sucios” u obscuros.
Los colores del aura cambian conforme la persona va evolucionando y desarrollándose espiritualmente. Los expertos afirman que mientras más limpia, amplia y luminosa es el aura, más evolucionada espiritualmente es la persona.
El aura está dividida en siete estratos o capas relacionadas directamente con los siete chakras. Cada uno de esos estratos puede tener uno de los once colores del aura. El color predominante será nuestro color básico. Nuestro color básico es permanente en nuestra vida y sólo muta en circunstancias muy específicas.
La Cámara Kirlian es un instrumento por medio del cual se puede observar fácilmente el aura; sin embargo, no siempre podemos disponer de una foto Kirlian, así que hay otros métodos igualmente eficaces para comprobar el estado de nuestro campo energético, como por ejemplo, el uso de un péndulo, la meditación, o simplemente una vista entrenada.
Aprender a ver el aura nos puede ayudar a conocernos mejor y a procurar un mayor bienestar en nuestras vidas.Pasos para ver el aura
Si deseamos ver el aura, lo más recomendable es comenzar por el primer paso, ya que aunque para algunas personas este paso puede resultar aburrido, nos puede ser de gran utilidad para preparar o entrenar la visión para el segundo paso.
PRIMER PASO: SENTIR NUESTRA AURA
Sentir que tenemos aura nos proporciona más seguridad a la hora de intentar verla. Hay diversos métodos para intentar sentirla, pero sin duda el más conocido y fácil de hacer es juntando las palmas de las manos.
Para realizarlo, ponemos las palmas de las manos una al lado de la otra más o menos a una distancia de 30 cm. Una vez que las tenemos colocadas en esa posición, prestamos especial atención a lo que sentimos en nuestras manos y cómo lo sentimos. Podemos permanecer unos tres minutos en este primer paso.
Pasados los tres minutos acercaremos las palmas de las manos a unos 20 centímetros y repetiremos el proceso de prestar atención a lo que sentimos y cómo lo sentimos. Estaremos otros tres minutos. Pasado ese tiempo acercaremos nuestras manos unos 10 centímetros y repetiremos el mismo proceso que las otras veces.
Finalmente, acabaremos a una distancia de entre 3 y 5 centímetros en la que realizaremos el mismo análisis de las fases anteriores. La parte del cuerpo que vamos a utilizar para ver nuestra aura serán las manos. Utilizamos las manos porque en ellas siempre se concentra mucha energia.
Lo más normal es que sea en en esta última fase en la que notemos una ligera presión, algo parecido a como cuendo metemos las manos en el agua, pero mucho más suave, incluso casi imperceptible si no prestamos atención. Algunas personas con mayor sensibilidad pueden sentir su aura en las primeras fases, pero no es lo común.
Analiza especialmente los cambios que vas notando a medida que acercas las palmas de las manos. Lo más común suele ser un cambio de temperatura.
Realiza esta fase hasta que tengas totalmente controlada y analizada la situación.Tómate todos los dias que te hagan falta, porque no será en vano. No desesperes si no consigues resultados de inmediato. Sigue intentándolo.
SEGUNDO PASO: VER NUESTRA AURA
Lo primero es hacerse con dos tipos de cartulina, una de color negro y otra de color blanco. Estas cartulinas harán las veces de pantalla para facilitarnos la visión del campo energético. Hay personas que ven mejor con un fondo negro y otras que ven mejor con un fondo blanco, así que con la práctica podrás determinar con cuál de ellas te sientes más cómodo. De todas formas, vamos a trabajar con ambas.
Es muy importante que tengas en cuenta que vas a ver el aura no con tu visión central, sino con tu visión periférica, lo que equivale a decir que mientras tu mirada estará depositada en una parte de la mano, tu atención se dirigirá a los bordes de la misma. Esto resulta un poco difícil al principio porque estamos muy acostumbrados a concentrar nuestra atención donde ponemos nuestra mirada.
Aquellos individuos que de vez en cuando suelen quedarse ensimismados, o inmersos en su propio mundo, tendrán más posibilidades y facilidades para comenzar a ver su aura.
También es posible que te duelan los ojos por el esfuerzo, sientas algo de mareo o que te comiencen a lagrimar los ojos. Incluso al principio puede que quedes momentáneamente cegado por una luz. Pero no debes preocuparte porque esto es lo más normal del mundo debido a que tienes la visión periférica atrofiada y debes volver a recuperarla.
Bien, el ejercicio se desarrolla de la siguiente manera:
Pon una de las cartulinas debajo de la mano que quieres ver a una distancia de unos 10 a 30 cm. La mano ha de estar abierta y los dedos un poquitín separados entre sí de manera que puedas ver también su energía por separado. Ahora deposita tu mirada en el centro de la mano, pero utilízala más bien como un punto de fuga, es decir, aunque tu mirada está dirigida hacia el nudillo del centro, haz como si quisieras ver más allá, como si quisieras ver qué hay detrás de la mano en la cartulina. A veces puede ser muy útil desenfocar un poco la mirada.
Poco a poco ve visualizando como una especie de neblina transparente que rodea tu mano. Al cabo de unos segundos deberías ver la neblina con tus propios ojos. Es tu doble etérico. Descansa tras unos minutos y prueba el mismo ejercicio con la otra cartulina. No es normal que las primeras veces veas colores en esa neblina, lo más normal es que la veas transparente y de poco grosor. Pero si sigues practicando verás cada vez con más claridad que esa neblina se hace mucho más gruesa y que adopta algún otro color. Recuerda que no tienes que ver nada prefijado, ni de forma concreta. Tómate lo que veas de forma natural. A medida que vayas viendo colores, consulta su significado en los colores del aura.
El campo de fuerza energético del aura humana es producido por las distintas vibraciones y frecuencias que emanan de nuestro cuerpo a través de los distintos puntos energéticos o Chakras.
Se extiende casi 16 pulgadas fuera del cuerpo y puede ser visto no sólo por los llamados clarividentes, sino también por personas que se ejercitan debidamente para ello a través de la práctica y la concentración. Aquellos que la han visto, la describen como un halo de luz de colores que emana del cuerpo sin límite definido.
Los colores y la intensidad de los destellos del aura tienen un significado especial, pudiendo revelar aspectos positivos y negativos de la persona, situaciones de tensión o estrés y enfermedades, incluso antes de que se presenten los síntomas. El aura puede verse influenciada por el estado físico, mental y emocional de cada individuo.
Los tonos del aura no son como los colores ordinarios, suelen ser traslúcidos y con muchos matíces. Generalmente predominan uno o dos colores básicos, los cuales la mayoría de las veces constituyen los colores favoritos de esa persona. Una persona sana reflejará colores brillantes y nítidos en su campo energético, en cambio, una persona enferma o pasando por situaciones difíciles reflejará colores opacos, “sucios” u obscuros.
Los colores del aura cambian conforme la persona va evolucionando y desarrollándose espiritualmente. Los expertos afirman que mientras más limpia, amplia y luminosa es el aura, más evolucionada espiritualmente es la persona.
El aura está dividida en siete estratos o capas relacionadas directamente con los siete chakras. Cada uno de esos estratos puede tener uno de los once colores del aura. El color predominante será nuestro color básico. Nuestro color básico es permanente en nuestra vida y sólo muta en circunstancias muy específicas.
La Cámara Kirlian es un instrumento por medio del cual se puede observar fácilmente el aura; sin embargo, no siempre podemos disponer de una foto Kirlian, así que hay otros métodos igualmente eficaces para comprobar el estado de nuestro campo energético, como por ejemplo, el uso de un péndulo, la meditación, o simplemente una vista entrenada.
Aprender a ver el aura nos puede ayudar a conocernos mejor y a procurar un mayor bienestar en nuestras vidas.Pasos para ver el aura
Si deseamos ver el aura, lo más recomendable es comenzar por el primer paso, ya que aunque para algunas personas este paso puede resultar aburrido, nos puede ser de gran utilidad para preparar o entrenar la visión para el segundo paso.
PRIMER PASO: SENTIR NUESTRA AURA
Sentir que tenemos aura nos proporciona más seguridad a la hora de intentar verla. Hay diversos métodos para intentar sentirla, pero sin duda el más conocido y fácil de hacer es juntando las palmas de las manos.
Para realizarlo, ponemos las palmas de las manos una al lado de la otra más o menos a una distancia de 30 cm. Una vez que las tenemos colocadas en esa posición, prestamos especial atención a lo que sentimos en nuestras manos y cómo lo sentimos. Podemos permanecer unos tres minutos en este primer paso.
Pasados los tres minutos acercaremos las palmas de las manos a unos 20 centímetros y repetiremos el proceso de prestar atención a lo que sentimos y cómo lo sentimos. Estaremos otros tres minutos. Pasado ese tiempo acercaremos nuestras manos unos 10 centímetros y repetiremos el mismo proceso que las otras veces.
Finalmente, acabaremos a una distancia de entre 3 y 5 centímetros en la que realizaremos el mismo análisis de las fases anteriores. La parte del cuerpo que vamos a utilizar para ver nuestra aura serán las manos. Utilizamos las manos porque en ellas siempre se concentra mucha energia.
Lo más normal es que sea en en esta última fase en la que notemos una ligera presión, algo parecido a como cuendo metemos las manos en el agua, pero mucho más suave, incluso casi imperceptible si no prestamos atención. Algunas personas con mayor sensibilidad pueden sentir su aura en las primeras fases, pero no es lo común.
Analiza especialmente los cambios que vas notando a medida que acercas las palmas de las manos. Lo más común suele ser un cambio de temperatura.
Realiza esta fase hasta que tengas totalmente controlada y analizada la situación.Tómate todos los dias que te hagan falta, porque no será en vano. No desesperes si no consigues resultados de inmediato. Sigue intentándolo.
SEGUNDO PASO: VER NUESTRA AURA
Lo primero es hacerse con dos tipos de cartulina, una de color negro y otra de color blanco. Estas cartulinas harán las veces de pantalla para facilitarnos la visión del campo energético. Hay personas que ven mejor con un fondo negro y otras que ven mejor con un fondo blanco, así que con la práctica podrás determinar con cuál de ellas te sientes más cómodo. De todas formas, vamos a trabajar con ambas.
Es muy importante que tengas en cuenta que vas a ver el aura no con tu visión central, sino con tu visión periférica, lo que equivale a decir que mientras tu mirada estará depositada en una parte de la mano, tu atención se dirigirá a los bordes de la misma. Esto resulta un poco difícil al principio porque estamos muy acostumbrados a concentrar nuestra atención donde ponemos nuestra mirada.
Aquellos individuos que de vez en cuando suelen quedarse ensimismados, o inmersos en su propio mundo, tendrán más posibilidades y facilidades para comenzar a ver su aura.
También es posible que te duelan los ojos por el esfuerzo, sientas algo de mareo o que te comiencen a lagrimar los ojos. Incluso al principio puede que quedes momentáneamente cegado por una luz. Pero no debes preocuparte porque esto es lo más normal del mundo debido a que tienes la visión periférica atrofiada y debes volver a recuperarla.
Bien, el ejercicio se desarrolla de la siguiente manera:
Pon una de las cartulinas debajo de la mano que quieres ver a una distancia de unos 10 a 30 cm. La mano ha de estar abierta y los dedos un poquitín separados entre sí de manera que puedas ver también su energía por separado. Ahora deposita tu mirada en el centro de la mano, pero utilízala más bien como un punto de fuga, es decir, aunque tu mirada está dirigida hacia el nudillo del centro, haz como si quisieras ver más allá, como si quisieras ver qué hay detrás de la mano en la cartulina. A veces puede ser muy útil desenfocar un poco la mirada.
Poco a poco ve visualizando como una especie de neblina transparente que rodea tu mano. Al cabo de unos segundos deberías ver la neblina con tus propios ojos. Es tu doble etérico. Descansa tras unos minutos y prueba el mismo ejercicio con la otra cartulina. No es normal que las primeras veces veas colores en esa neblina, lo más normal es que la veas transparente y de poco grosor. Pero si sigues practicando verás cada vez con más claridad que esa neblina se hace mucho más gruesa y que adopta algún otro color. Recuerda que no tienes que ver nada prefijado, ni de forma concreta. Tómate lo que veas de forma natural. A medida que vayas viendo colores, consulta su significado en los colores del aura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario