Podemos darle la bienvenida a la ansiedad, al drama, al control,
pero si les cerramos un poquito la puerta?
A veces, hay un gozo neurótico en pasarla mal, en quejarnos y estar acelerados, en buscar lo que falta obsesivamente y no poder vivir, disfrutar. Le tenemos tanto miedo a la vida que nos aferramos a situaciones, vínculos y lugares que nos des-vitalizan, incluso hasta consumimos alimentos y bebidas que no tienen vida ni energía, cuando abundan frutas, verduras y opciones que sí, pueden dar más trabajo, pero son vitales. Las nimiedades no son gratis, son tremendas larvas energéticas. Las pequeñeces que nos carcomen, no son pequeñeces, ya que ocupan gran espacio en nuestra vida, en nuestro día a día. Simplificar. La simpleza se ha vuelto compleja, volvamos un poquito más a ella.
Julieta Suarez Valente
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