martes, 9 de julio de 2013

Descansar es una habilidad

Seguramente has de tener en casa un refrigerador, verdad? Perdón por la pregunta tan doméstica, pero necesito darme a entender. Te pido que lo escuches. Sí, que lo escuches. ¿Has visto que el motor se enciende, trabaja, y luego se detiene por un buen rato? Bien... tu SISTEMA NERVIOSO está diseñado de la misma manera; tiene dos modalidades, dos circuitos diferentes: el SIMPÁTICO, que rige todo lo que es ACTIVIDAD (el motor trabajando) y el PARASIMPÁTICO, que, justamente, para-al-simpático, rigiendo todo lo que sea relajación, descanso, recuperación ANTES de volver a encender el otro circuito. Si el refrigerador no tiene el dispositivo para detenerse, EL MOTOR SE FUNDE, SE QUEMA. Así nos sucede a nosotros!

Años atrás he sido tristemente hábil en el arte de IGNORAR al parasimpático; necesito advertirte que NO ME FUE BIEN. Algunas personas estamos armadas (por naturaleza, por condicionamiento, o por ambas razones) como para SEGUIR SIN PARAR. Cuando el parasimpático quiere apagar por un rato el motor -como debe ser- desactivamos el circuito con un GOLPE DE VOLUNTAD (equivocado!) y SEGUIMOS ADELANTE, como aquél famoso personaje del cine, “Terminator”. Cancelamos toda sensación de cansancio, y continuamos. Miremos mejor a otros maestros: los niños y los animalitos. Ellos saben hacer esto: juegan... y descansan. Corren, exploran, hacen sus cosas... y CUANDO EL CUERPO SE LOS PIDE... descansan. Tienen el sistema REGULADO.

Si por alguna razón pertenecieras a quienes pretenden ignorar esta ley de la Naturaleza, puede que te resulte importante esto: APRENDER A DESCANSAR. Aunque estés en la oficina tapado de trabajo: quedarte un instante respirando hondo, permitiéndole al mamífero en el que tu ser vive QUE SE RELAJE... aceptar la Ley de Gravedad y pesar sobre tus puntos de apoyo (muchos viven en el aire, de tanta tensión activa!)... y en tus tiempos libres buscar herramientas para que esto te resulte cada vez más fácil: a través del arte, la meditación, el tai-chi, la danza, el canto, el jugar libremente... Y revisar tus creencias: a veces, EN LA ACTITUD DE DESCANSO HEMOS DEPOSITADO NUESTRA SOMBRA (aquello que rechazamos de nosotros mismos, como decía Jung). Sí: no nos lo permitimos porque sentimos secretamente que aceptarlo sería convertirse en un vago, incumplidor, pusilánime: un holgazán. Alto otra vez! ESA PARTE NUESTRA NOS PERTENECE, y sólo tiene connotaciones negativas si se las adjudicamos o si gobierna nuestra vida por encima de todo lo demás que somos.

Hemos aprendido tantas cosas a lo largo del camino! Entonces, aunque suene extraño: si aún no sabemos hacerlo, APRENDAMOS A DESCANSAR, pues DESCANSAR ES UNA HABILIDAD. Descansar con los ritmos del cuerpo. Descansar SIN CULPA. En el descanso está la quietud interna. Y en la quietud interna hay alguien que espera tu visita: el Sí Mismo. 

Como decía el poeta Rumi: “Te visitas a ti mismo con regularidad?” ¡Visitémonos!


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